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Imagen: Contrapunto

Matar a un ruiseñor – Harper Lee

Ganadora del Premio Pulitzer de 1961, aborda la injusticia racial propia de la década de los 50’ contra afrodescendientes en Estados Unidos.

Harper Lee, escritora estadounidense oriunda de Alabama, publicó en 1960 su novela “Matar a un Ruiseñor”, alcanzando gran éxito en ventas y alcance. Desde la mirada de Scout Finch, de 8 años, la novela sigue la historia que se desarrolla desde que su padre, Atticus Finch es encargado de la defensa de Tom Robinson, un hombre afroamericano acusado de violar a una joven mujer blanca, Mayella Ewell.

El relato tiene lugar en el pueblo ficticio de Maycomb, Alabama, caracterizado por su ruralidad y pobreza esto último atendidos los efectos de la Gran Depresión. El conflicto principal de la obra refiere a la labor de Atticus Finch, padre de Scout, a quien se le designa la defensa de Tom Robinson, afroamericano acusado de violación, ante la falta de otros abogados disponibles e interesados en el caso, dadas las implicancias morales que conllevaba. Así, una primera aproximación valiosa a la novela es el rol que cumple Atticus, en tanto consagra un modelo ideal de abogado, a saber, dialogante, empático, respetuoso, íntegro, entre otros.

En el contexto de una comunidad rural escandalizada con el delito de violación que se imputa a Robinson, especialmente enervado por las distancias raciales, a saber, el presunto violador es afroamericano mientras que la presunta víctima una joven blanca, la labor de Atticus se torna especialmente compleja, y es allí donde su determinación en brindar a su representado un proceso serio y justo se alza como una gran proeza.

En el juicio desarrollado contra Robinson, Atticus logra demostrar a través de pruebas contundentes que se trata de una falsa acusación, desentrañando incluso una historia diferente de la relación entre Mayella y Robinson. Sin embargo, son más fuertes los prejuicios del jurado y, a la vez, su necesidad de hallar como culpable al imputado afroamericano.

La novela invita a una reflexión crítica sobre el arraigo de la cultura segregacionista –colonialista y esclavista– en una parte importante de Estados Unidos, pero también plantea preguntas relevantes en el ámbito jurídico. Por un lado, permite cuestionar la idoneidad de los sistemas jurídicos en donde el juzgamiento es otorgado a jurados, a saber, cuerpos colegiados de legos, dada su susceptibilidad de ser permeadas las decisiones por tendencias más bien subjetivas, como es el caso de la novela, afectándose la imparcialidad.

Cabe destacar que, en 2015, Lee publicó la novela “Ven y pon un centinela”, que, si bien fue difundida como la secuela, en realidad corresponde al borrador de Matar a un Ruiseñor. Esta segunda obra aborda la mirada de una adulta Scout Finch respecto de los mismos hechos, donde muestra una perspectiva mucho más crítica respecto de la labor de Atticus, en definitiva, alejándolo del modelo ideal de abogado. Esta nueva mirada que se plantea en la secuela permitirá releer Matar a un Ruiseñor desde una óptica que no solo atienda a la compasión y coraje con que se enfrentan las discriminaciones debido a clase social, sino que permite una reflexión más profunda en tanto a la legalidad con que se actuó en el contexto de segregación, amparados por el derecho.

Puede encontrarse el ejemplar en librerías del país, como Buscalibre, Contrapunto, TerraLibros, entre otras.