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Programa Asia Pacífico.

Sobre «El acento social y regional de la política científica de Japón».

La estrategia planteada por el primer Ministro Abe, identifica tres direcciones: smartización, sistematización y globalización, además de desarrollar las áreas de tecnologías de la información y la comunicación, la nanotecnología y la tecnología ambiental.

12 de junio de 2018

En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se da a conocer el artículo “El acento social y regional de la política científica de Japón”. Se sostiene que como una manera de revitalizar la alicaída economía del país nipón, entre las medidas más significativas figura el fortalecimiento de la institucionalidad científica, donde el vínculo con la ciudadanía y la descentralización juega un papel central para el desarrollo de las investigaciones y la innovación.
A propósito de la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en nuestro país y la discusión generada sobre la necesidad de que esta nueva institución le de importancia a la ciencia generada en las regiones, la BCN buscó en el Asia el caso de Japón que desde el año 2013 implementa importantes medidas en estos ámbitos.

Ciencia y tecnología para una economía con dificultades

El texto señala que tal como sucede en nuestro país, aunque en dimensiones distintas, Japón se encuentra en un período dominado por dos problemas a resolver: el envejecimiento de la población y el lento crecimiento económico. En este contexto, el Gobierno ha incrementado el gasto en seguridad social, al punto que para 2017 la deuda pública del país nipón superó el 200 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Entre las medidas adoptadas por el primer Ministro Shinzo Abe, apenas asumió el mandato durante el año 2012, fue elevar el impuesto al consumo e incentivar la inversión privada, sin embargo en junio de 2013 presentó la Estrategia Integral sobre Ciencia, Tecnología e Innovación.
Se trata, dice la BCN, de una medida inédita que combina una visión de largo plazo con acciones a ejecutar durante un plazo de un año y cuyo fin es revitalizar la alicaída economía nipona, además de generar soluciones tecnológicas a los problemas que aquejan a la sociedad.
La estrategia planteada por Abe identifica tres direcciones: smartización, sistematización y globalización, además de desarrollar las áreas de tecnologías de la información y la comunicación, la nanotecnología y la tecnología ambiental. En este planteamiento, las universidades son consideradas como un actor importante en el impulso de las direcciones y las áreas tecnológicas, aunque el Informe de la Unesco sobre la Ciencia: Hacia 2030 resalta las cualidades sociales y regionales como parte de sustancial de dicha política.

Encuentro entre ciencia y sociedad

El documento explica que la interdependencia entre ciencia y sociedad ha sido históricamente reconocida por los japoneses, no obstante en la nueva política científica se subraya como una necesidad insoslayable. Es por ello que se plantea el fortalecimiento de una comunicación bidireccional entre la comunidad científica y la ciudadana. A tal efecto, se afirma que en esta tarea las ciencias sociales y las humanidades cumplen un papel central en la comunicación, divulgación científica y encuentro entre distintos actores. Para ello, se propone la realización de una gran variedad de programas como charlas, cafés sobre ciencia, elaboración de publicaciones, etc.
Aunque la estrategia también es clara en definir los desafíos sociales a superar, pues en la medida que los objetivos que persiga la ciencia se relacionen con las soluciones que busca la ciudadanía, se produce un encuentro directo. Entre los desafíos planteados está la estabilidad energética, centrada en el desarrollo de tecnologías para el aprovechamiento de las energías limpias y la optimización en el uso de la electricidad en hogares. O la posibilidad de desarrollar tecnologías para crear sistemas de transportes inteligentes.
El desarrollo de recursos humanos de alta calidad se contempla como una manera de formar investigadores desde la infancia, esto no solamente implica un trabajo en las escuelas, también una alianza entre la industria, la academia y el Gobierno para potenciar las iniciativas que involucren a investigadores jóvenes. En este ámbito la estrategia expresa de forma clara la necesidad de promover el liderazgo de las mujeres y crear ambientes propicios para la participación femenina.

Las regiones en el desarrollo de la ciencia

La BCN destaca que la importancia de las regiones es uno de los aspectos más importantes de la política de ciencia y tecnología, principalmente aquellas zonas afectadas por el terremoto y tsunamis. Para ello se propone un trabajo directo con los programas de revitalización, específicamente con la Agencia de Reconstrucción, para crear “clusters de conocimiento” donde universidades e industrias locales prioricen iniciativas comunes para solucionar problemas locales, no necesariamente establecidos por las áreas prioritarias de la estrategia.
Sin embargo, continúa, una de las principales medidas adoptadas por el Gobierno a partir del primer año de mandato de Shinzo Abe y según los lineamientos de esta política, fue la Reforma de Organizaciones Administrativas Independientes tales como instituciones de investigación y fundaciones pertenecientes al Estado, para propender a formar conglomerados, flexibilizar sus estructuras de gobierno y orientar su sistema de investigación a propósitos aplicados a las necesidades locales.
Según un informe de la Ocde sobre el desarrollo de la ciencia y la tecnología en sus países miembros, las regiones y las ciudades japonesas se han convertido en actores importantes para el desarrollo de sus propias políticas de ciencia, tecnología e innovación. Si bien el organismo reconoce que el país nipón puede hacer más en estimular la innovación fuera de las grandes ciudades, reconoce la gran inversión existente en la creación de conocimiento científico y en la formación de recursos humanos en esta materia.

Creación en Chile del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación

El documento indica que a diferencia de Japón donde la institucionalidad en ciencia y tecnología es de larga data, en nuestro país la comunidad científica y tecnológica se encuentran viviendo un proceso histórico, pues el 31 de mayo de 2018 la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley para crear el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Este hecho no solo supone un desafío para el gobierno, sino también para el Parlamento y las autoridades regionales.
El diputado Patricio Rosas, remarca que “en la Comisión de Ciencia y Tecnología -donde me toca participar- valorarmos de forma unánime la creación de este Ministerio y dimos el quorum para su aprobación con un espíritu que une la ciencia y la tecnología con el desarrollo, destacando el tremendo capital que tenemos de científicos, personas de mucha calificación a nivel internacional y que hoy desarrollan investigaciones de alto nivel en ciencia básica y ciencia aplicada que es la que considero que necesitamos para crear nuevas tecnologías y soluciones a problemas que tenemos como país”. “Desde vacunas, medicamentos y tecnología en la que somos líderes como minería, construcción sísimica, etc. Todo esto significa que la ciencia tenga más recursos y que la creación del ministerio implique una mayor cantidad de recursos en la gestión de la ciencia como parte de nuestro patrimonio”, señaló.
Luego el parlamentario detalló que “el aumento de los recursos de este Ministerio es necesario porque estamos en un 0,38 por ciento del PIB y deberíamos llegar al 1 por ciento dentro de este Gobierno. Los países de la Ocde llegan al 3,5 por ciento. Pero también es necesario el tema de género a la hora de distribuir recursos dentro de los proyectos de investigación porque hay muchas mujeres científicas. De hecho, en nuestro país la mayoría son mujeres pero extrañamente son la minoría que recibe fondos”.
A esto, agrega, “tenemos que sumar la regionalización, porque existen nodos de investigadores muy importantes, por ejemplo en el caso de Valdivia tenemos un polo específico que es el Centro de Estudios Científicos del Sur, que está liderado por investigadores de distintos países, incluyendo chilenos, donde se desarrolla oceanografía, glaciología, botánica e investigación sobre el cambio climático que es de nivel mundial, por lo tanto es muy importante mirar hacia las regiones”.
“También la ciencia que se desarrolla en la Universidad Austral de Chile donde se realizan investigaciones muy importantes en materia de fármacos. Hace algunos años se descubrió un reemplazo natural para los corticoides, también se están creando vacunas para el Anta o algunas viriologías. Es decir, hay investigación de alto nivel pese a lo que se pudiera pensar desde el nivel central”, finalizó.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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