A raíz del «caso convenios», que por cierto merece todo nuestro repudio, se ha generado una ola de críticas que apuntan al tamaño del Estado y los recursos que este maneja.
La pregunta que surge luego de este amargo evento es: ¿Debemos reducir el Estado o hemos de fortalecerlo?. Dicho lo mismo a través de un ejemplo. ¿Debemos reducir a Carabineros o disminuir los servicios de salud pública por los casos de fraude que se detecten en ellos, o necesitamos fortalecerlos, tal como lo piden a diario las personas?
Reducir el Estado significa externalizar la función pública en más fundaciones o empresas. Reducir el Estado significa tener menos mecanismos internos y externos de control de legalidad de la actuación pública.
Al igual que los problemas de la democracia, que se resuelven con más y mejor democracia y no con autocracias o regímenes totalitarios, los problemas de corrupción en el Estado se solucionan con más y mejor Estado, y no privatizando algo que por esencia es público, esto es, precisamente, el ejercicio de la función pública.
Como dijo don Benjamin Richard Parker a Peter Parker (Spider-Man): “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y para que el Estado sea responsable, necesita telarañas fuertes y sólidas que le permitan luchar eficazmente contra la corrupción, no empequeñecerse y dejar de cumplir su función esencial que consiste en satisfacer las necesidades básicas de las personas.
Marcelo Santibáñez Prado
Profesor Derecho Constitucional
Universidad Alberto Hurtado