Cartas al Director

Cumplir el Derecho Internacional, la llave civilizatoria para alcanzar la paz.

Tarik Lama Gálvez

17 de octubre de 2023


Platón describió en su alegoría de la caverna un espacio lúgubre en el que vivían personas prisioneras desde su nacimiento, quienes consideraban como verdad aquellas sombras que podían verse proyectadas desde el exterior. Sus cadenas, les impedían salir por lo que se vieron obligados a tomar por ciertas, todas y cada una de las siluetas, sin darse cuenta de que eran sólo sombras.

Hoy, se ha propagado una evidente “campaña de sombras” sobre lo ocurrido en Palestina que me evoca cada una de las líneas escritas por Platón.

Hace 75 años que lo palestinos toleran el asedio de una potencia militar que ha hecho caso omiso a las instrucciones de la Asamblea General, Consejo de Seguridad y de Derechos Humanos de la ONU. Israel, se transformó así y desde el día de su creación, en una potencia ocupante que aplica apartheid (acreditado por ONU, Human Rights Watch y Amnistía Internacional).

Conforme al derecho internacional, Israel -como ocupante- tiene el deber de asegurar la vida de sus ocupados, protegerlos y no lo hace. Levantó un muro de apartheid que el 2004 fue declarado ilegal por la Corte Internacional de Justicia dictaminando que “infringe gravemente diversos derechos de los palestinos”, tal sentencia sigue sin cumplirse.

El 2016, se dictó la R.2334 del Consejo de Seguridad, reafirmando que los asentamientos israelíes en el territorio palestino no tienen validez y constituyen una violación de derecho flagrante. ¿Qué hizo Israel? consagró el 2018 como un derecho fundamental «el desarrollo de asentamientos judíos” y la obligación del Estado de “actuar para estimular y promover su establecimiento y su consolidación».

En el mismo tenor, se ha sostenido sistemáticamente que la ciudad Jerusalén, no es la capital de Israel. Sin embargo, su ley fundamental señala “Jerusalén completa y unida es la capital de Israel.”, ocupándola hasta el día de hoy. La misma norma, quitó al árabe como idioma oficial y definió a Israel como un “estado nación de los judíos” excluyendo directamente quienes profesen otras religiones.

Días antes del ataque de las milicias de resistencia Palestina, el primer ministro israelí mostró en las Naciones Unidas un mapa de Israel, sin frontera con Palestina y anexándose todos sus territorios.

Así las cosas, tenemos un país que, omite y aplasta todo derecho a existir de la nación Palestina, transgrediendo DDHH reconocidos en tratados, dictado en resoluciones y sentencias de las más altas organizaciones y tribunales internacionales. En este contexto es un error conceptual grave -una sombra que se busca proyectar- el decir que Israel tiene el “derecho a su defensa legítima” pues quien tiene ese derecho es Palestina, como nación ocupada y ultrajada. Israel tiene el deber de desocupar y respetar los DDHH, así se llegará a la Paz. Pensar lo contrario, con los antecedentes que tenemos, significaría ponerse los grilletes y entrar a la caverna.

 

Tarik Lama Gálvez
Abogado y profesor de Derecho
Universidad de Chile

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