Cartas al Director

Inmigración: la verdad al desnudo.

Francisco Bartolucci Johnston

1 de febrero de 2024


El asesinato de dos agricultores chilenos en la Región de O´Higgins en manos de cuatro inmigrantes ilegales de nacionalidad venezolana ha causado la aflicción de sus familias, el exasperado rechazo de la comunidad nacional y nos interpela en la necesidad de hablar de este tema con la verdad desnuda.

Nuestro país se encuentra invadido por una inmigración extranjera desatada y sin control, permitida, alentada o derechamente programada – como ocurrió en el segundo gobierno de la expresidenta Bachelet – bajo la premisa que la “inmigración es un derecho” y nuestro país debe abrir sus fronteras para recibir sin condiciones ni control alguno a todos los extranjeros que quieran ingresar – como por lo demás en el hecho está ocurriendo – debiendo luego acogerlos y entregarles todo tipo de beneficios económicos, sociales, de orden cultural e incluso rápidamente incorporarlos a los registros electorales para que puedan sufragar. Grupos ya organizados se aprestan a “exigir” estos “derechos”.

La inmigración en nuestro país se eleva por sobre los dos millones de personas de las cuales son demasiados los que tienen el carácter de ilegal al ingresar al país bajo distintos subterfugios como recurrir a la calidad de turistas para luego permanecer ilegalmente, o bien ingresar por pasos no habilitados eludiendo a las autoridades fronterizas, o bien  ocupando el efugio de auto denunciarse  – así desaparece el ilícito – obteniendo entonces un permiso de residencia temporal, ya luego se perderán en cualquier parte del territorio.

Si bien es cierto, hay muchos inmigrantes que están legalmente radicados y con su trabajo son un aporte para el país, no es menos cierto que la política de inmigración abierta y sin control impulsada por los gobiernos y sectores de las distintas izquierdas y la pasividad e incomprensión de la gravedad del problema del resto de la dirigencia política – que sigue enredada en declaraciones y eternas discusiones legislativas – ha convertido al fenómeno migratorio en uno de los más graves problemas que hoy enfrenta nuestro país y hay que decirlo con valentía y claridad: es esta inmigración la fuente del crimen organizado, las bandas de narcotraficantes, la delincuencia desatada, el comercio ilegal, la usurpación de terrenos  y la violencia llevada a su máxima expresión de crueldad. Hoy en nuestra población el temor de cada día es cosa viva y los responsables son quienes han permitido, alentado y programado esta invasión: léase las autoridades que ayer nos gobernaron y las que hoy nos gobiernan.

Hay que decirlo con firmeza, la inmigración no es un derecho, es, por el contrario, un deber para las autoridades de un Estado que deben regularla y controlarla, y de no hacerlo – como hoy sucede en nuestro país – están faltando a su responsabilidad como gobernantes, la cual debe serles exigida de acuerdo al orden constitucional vigente.

Chile está sumido en una grave crisis de seguridad interior como resultado de la inmigración ilegal y de la permisibilidad e inacción dolosa del Gobierno y de las autoridades políticas, que hoy resultan responsables directos de este flagelo. Respecto de la responsabilidad del Presidente de la República y sus ministros en materia de seguridad, recomiendo leer el artículo 52, numerales 2) a y b de nuestra Constitución Política, que permite hacer valer tal responsabilidad.

 

Francisco Bartolucci Johnston.

Abogado y profesor de Derecho.

 

 

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