Cartas al Director

Se está saboteando el proceso constituyente y la posibilidad de una nueva Constitución.

Prof. Diego Palomo Vélez

11 de agosto de 2023


En el corazón de uno de los momentos más importantes y significativos de la historia chilena, donde se busca forjar una nueva Constitución que refleje los anhelos y necesidades de la sociedad, emerge (sin escrúpulos) una estrategia que amenaza los cimientos mismos de este proceso transformador.

Los consejeros republicanos, cómodos con el estado de las cosas, y con el amparo del triunfo electoral coyuntural, están adoptando una táctica de atrincheramiento que pone en riesgo la realización de una verdadera renovación donde la convivencia democrática se encuentre efectivamente garantizada. Esta táctica se sustenta en una combinación de conservadurismo moral y una marcada inclinación hacia la conservación de un Estado mínimo, lo que podría llevar (llevará seguramente) a la inacción y a la perpetuación de una configuración constitucional obsoleta.

En este escenario, los consejeros republicanos han adoptado una postura que, paradójicamente, erosiona los fundamentos mismos de la República que dicen defender. La apuesta por imponer un profundo conservadurismo moral se traduce en intentos de recoger en normas constitucionales valores personales, socavando la diversidad y los derechos individuales en aras de una supuesta moralidad unificadora. Esta táctica no solo limita brutalmente las libertades individuales, sino que también ignora la necesidad de una sociedad inclusiva y pluralista que respete y valore las distintas formas de vida y creencias.

Acompañando este conservadurismo moral, encontramos la insistencia en mantener una configuración constitucional que favorece la perpetuación de un Estado mínimo. Esta perspectiva, si se lleva a cabo con éxito, hará que se mantengan las desigualdades profundamente arraigadas en nuestro país. Los derechos sociales, en particular, se mantendrían en una modalidad que deja espacio para interpretaciones restrictivas y limitadas, contradiciendo el espíritu de una nueva Constitución que busque garantizar el bienestar y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.

Además, la posibilidad de que esta propuesta se apruebe, aún en su versión más debilitada, podría reflejar lo que el maestro Piero Calamandrei describió como una «Constitución inactuada». Esto no es otra cosa que, si bien puede existir en papel, su implementación y aplicación quedarían relegadas a un segundo plano.

Esta situación equivaldría a una traición a los ideales democráticos y a los esfuerzos de la ciudadanía por construir un nuevo marco constitucional que sea mínimamente justo y que nos permita proyectarnos en paz por al menos medio siglo.

En definitiva, la estrategia adoptada por los consejeros republicanos podría representar un sabotaje desde dentro al proceso constituyente en Chile. La combinación de conservadurismo moral y la promoción de un Estado mínimo amenaza con frenar el impulso hacia una nueva Constitución que responda a las necesidades y aspiraciones de una sociedad moderna y diversa. Es importante que la ciudadanía conozca lo que pasando y siga comprometida con la visión de un Chile más inclusivo, igualitario y justo. Solo así se podrán superar los obstáculos y garantizar que la posibilidad de una nueva Constitución no sea desviada por agendas contraproducentes y desvinculadas de la voluntad popular.

No me pierdo ni un minuto en algo. Los Republicanos ganaron en su momento… Lo que me preocupa es que ese triunfo conyuntural (generado gracias a los errores y excesos maximalistas del proceso anterior) haga que la mayoría del país pierda, otra vez.

 

Prof. Diego Palomo Vélez
Universidad de Talca
Facultad de Cs. Jurídicas y Sociales
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