Por Rodrigo Valdés Roa
Tomando en cuenta el contexto actual, ¿cómo evalúa el vigente sistema de pensiones que tiene Chile?
Hay una evaluación que uno no puede negar, que es la mayoritaria, y que es un sistema de pensiones que prometió mucho y que, lamentablemente, no cumplió con esa promesa. Hay muchas personas que tienen pensiones bajas, entendiendo también que existe una suerte de falta de educación en esta materia y la gente al final mezcla el sistema de las AFP con la pensión básica solidaria, con el fondo del pilar contributivo y no contributivo. Yo creo que, necesitamos hacer una revisión del sistema completo: de la industria, la capitalización individual, del pilar solidario, de la PGU –tal vez tratarlo aisladamente–.
Por otro lado, el sistema de pensiones no se puede hacer cargo de todas las patas que en el fondo contribuyen a tener una buena pensión. Hoy los salarios son bajos, eso no se puede solucionar a través de un sistema de pensiones, la cotización misma, la tabla de mortalidad, las informalidades y las lagunas. Entonces algunas cosas pueden ser tratadas dentro de una reforma de pensiones y otras no. Hay que hacer todo lo posible por repensar y tratar de corregir y de mejorar lo bueno que tenemos y lo que hemos avanzado, porque la gente sí se dio cuenta con los retiros que su plata existía, pero eso no quiere decir que no tengamos que mejorar muchas cosas.
¿Considera que las pensiones que reciben las personas son insuficientes?
Uno siempre desearía que todo fuera más, pero en algún minuto tienes que comenzar a comparar las tasas de reemplazo que te da tu sistema de pensiones con países equivalentes o con la OCDE. Uno puede decir que estamos bien en comparación a algunos.
Lo que no puedo negar, que no tiene nada que ver con el sistema de pensiones, pero sí con la vida del adulto mayor, es que en otros países tienen la otra parte del sistema resuelta, es decir, tienen una pensión de un monto –que puede ser equivalente a la que reciben los chilenos– pero tienen la salud, el transporte y una serie de cosas resueltas que en Chile, lamentablemente, no tenemos solucionadas. En Chile es tal la frustración que existe con las pensiones que, a veces, le estamos cargando muchísimo “la mata” a un sistema que no tiene que ver con todas esas variantes y aristas que tiene la vida y el bienestar del adulto mayor.
¿Cuáles considera que deben ser las líneas rojas que no se deben pasar a llevar en las pensiones? (heredabilidad, mantención de la PGU, entre otros)
Las líneas rojas hacen relación con definir el foco. Yo creo que ese es el gran problema que tenemos: con el Gobierno no hemos podido definirlo. Nos parece que el foco tiene que ser la clase media y la mujer, de acuerdo a eso ir creando instrumentos para mejorar esta tasa de reemplazo. Tenemos que ver el tema de la industria, asegurarnos que exista competencia, si bien ningún problema que exista algún ente estatal, pero la competencia se tiene que dar. Es muy delicado que el Estado se haga cargo y sea no solo el que recaude, sino que, además, el encargado de toda la plata de las cotizaciones de los chilenos.
También, tenemos que ver el tema del 6%. Creemos que es importantísimo que exista solidaridad y se puede mejorar a través de la Pensión Garantizada Universal (PGU). La solidaridad que provenga de las cotizaciones de los trabajadores tiene que quedar en ellos, es decir, si existe una solidaridad debería ser intrageneracional. No estamos con el 4% y 2% del Gobierno, es decir, 2% a la cuenta individual y un 4% a la solidaridad. Hay que tener cuidado con estos fondos colectivos, deben tener una protección, incluso, constitucional para que ningún gobierno se vaya a tentar de tocarlos. Se tiene que tener clarísimo que esa es plata para las pensiones, es de los pensionados y para ellos.
Un tremendo tema que existe en Chile es la informalidad y cero conciencia de que tienes que cotizar. El chileno vive el presente, jamás ha pensado en su futuro, son muy pocos y eso te lo demuestra incluso la poca movilidad que existe entre una AFP y otra. Tenemos una tarea titánica en esta reforma que va desde la educación, tartar de terminar con la informalidad, tratar que las personas no tengan lagunas, tener un sistema de fiscalización y también el foco de realmente poder mejorar las pensiones de los cotizantes y que ojalá la mayor plata vaya a su capitalización individual y enfocarnos en clase media y en las mujeres sobre todo porque todos sabemos que las lagunas y los bajos sueldos es algo que todavía no podemos solucionar por un tema también cultural.
¿Cree que la actual reforma de pensiones que propone el Gobierno se condice con la brecha que hay en las pensiones de las y los cotizantes?
Yo creo que la reforma que está presentado el Gobierno tiene varios problemas y no es que lo diga yo, la verdad es que he encontrado súper poca gente que este a favor, o sea expertos, muy pocos. Se pretende subir automáticamente la pensión de los jubilados actuales, pero ¿A costo de quién? Son las personas que están cotizando los que se van a hacer cargo. En el fondo, hoy día la propuesta del Gobierno lo que hace es afectar sobre todo las jubilaciones futuras de los más jóvenes y de la clase media.
Según nuestros estudios, el mayor foco que tenemos que concentrarnos es clase media, hombre y mujeres, porque ahí la tasa de reemplazo está muy baja. La gente que tiene la PGU, la tasa de reemplazo es sobre el 70%, normalmente los países OCDE están en el 60% a 65%, incluso a pesar de todas las lagunas que tenemos. La brecha que sería en el fondo la tasa de reemplazo, es lo que nosotros tenemos que definir al final y de acuerdo a esta taza que nosotros definamos, tenemos que crear los instrumentos. Lo que pasa es que la reforma original del Gobierno era justamente al revés, te daba una serie de instrumentos y no sabían ni siquiera decirte cuál era la tasa de reemplazo, partíamos al revés.
Actualmente, ¿ve viable terminar con las AFP y que existan nuevos gestores de inversión que sean privados a la vez de tener una alternativa pública? Considerando que las AFP puedan transformarse en Inversores de Pensiones Privados
Lo que estamos discutiendo es un poco distinto al proyecto original, si bien reconozco que no se han metido las indicaciones. Yo creo que aquí hay también un tema político que la ministra Jara se está dando cuenta que tampoco es tan viable porque tenía como dos objetivos desde el punto de vista político. Primero, decirle a un grupo importante “cumplimos, terminamos con las AFP” y segundo, era ni un peso más a las AFP, por eso que no entraba la plata a las administradoras, sino que se iba a este otro ente público. Yo hoy día veo la derogación del Decreto Ley 3.500 cada vez más compleja, no es llegar y eliminarlo, hay muchísimas leyes que quedarían colgando como Papitos Corazón. Lo importante es que no se transforme en lo mismo pero con otro nombre, porque claramente hay muchas cosas que se deben mejorar.
Entonces claramente la vida de las AFP, como la tienen hasta hoy día, no va a poder seguir igual, eso de ninguna manera. Pero en lo que sí insistimos es que tiene que existir una diversidad de entes privados que puedan competir en igualdad de condiciones con el público, porque lo peor que nos puede pasar, viviendo la experiencia de países vecinos, es que “estén todos los huevos en la misma canasta”.
Desde RN no estamos por defender a las AFP tal cual están hoy día, incluso proponemos castigos. Lo que no van a encontrar las administradoras es una defensa corporativa tal cual están hoy día. La idea es que puedan entrar incluso otros actores a competir, que no son AFP, pueden ser cajas de pensiones, corredoras de bolsa, entre otras. Entonces, defensa corporativa de ninguna manera, conservar todo lo bueno que tienen, cambiar todo lo malo que tienen y que tiene que existir una competencia más amplia, más grande para que otros actores puedan entrar, partiendo desde el Estado a otras instituciones que pueden estar interesadísimas también en la gestión de rentabilidad de los fondos de pensiones.