Imagen: El Dínamo
Agresión.

Violencia en el pololeo

Uno de los problemas más graves es que muchas víctimas deciden mantener en secreto los episodios de violencia. Lo hacen como una necesidad de proteger la propia imagen.

Aquellas agresiones que se ejercen en forma física y que suelen dejar huellas externas en la persona agredida, por lo que pueden ser percibidas objetivamente por otros, como por ejemplo empujones, patadas, golpes, etcétera, causados con las manos o algún objeto o arma.

Por primera vez en Chile se conmemoró el pasado 7 de febrero el día nacional, entre jóvenes parejas sin convivencia.

Las ideas preconcebidas sobre el amor romántico también constituyen un riesgo en esta etapa evolutiva, ya que este ideal arraigado en nuestra cultura patriarcal apunta a una relación desigual y jerárquica, permitiendo el ejercicio de la violencia como consecuencia lógica y natural de ese ideal de relación amorosa.

La violencia en el pololeo es una de las tantas formas de violencia de género: se trata de una relación cuya dinámica es catalogada como “tóxica” por el perfil del agresor nocivo, quien traslada su comportamiento en la inercia y dinámica de la relación, donde normaliza su reacción violenta y coercitiva frente a un mínimo evento. Este comportamiento responde a patrones fomentados por una sociedad machista, donde cosificar a la mujer propicia el aire de superioridad y convicción profunda de posesión. Esta es una realidad que, a pesar de ser un tema en boga, aún se percibe como una posibilidad natural dentro de ciertos hombres.

Y así lo demuestran las estadísticas. Según el Ministerio de Salud, en el primer semestre de 2019, 2.811 adolescentes fueron atendidos en la salud pública por violencia sexual y violencia en el pololeo, lo cual implica un aumento del 64% en comparación a las cifras de igual periodo de 2018.

¿Cómo se genera la violencia en el pololeo?

Psicológica: Se expresa de diversas maneras relacionadas con la manipulación emocional, la humillación, las amenazas, los celos y el acoso. En este periodo lo que más se visualiza es el control, donde la pareja le dice con quién debe relacionarse y con quién no. En este tipo de agresión, los agresores manipulan y coartan la libertad de acción, y también la libertad mental, haciendo que la culpa y el miedo de las víctimas se apoderen de ellas. Si esto no es detectado de forma temprana, es muy probable que sus consecuencias se perpetúen durante toda la vida, y que la víctima, tienda siempre a mantener este tipo de relaciones tóxicas.

Física: Son todas las agresiones que atentan contra el cuerpo de una persona, ya sea a través de golpes, lanzamiento de objetos, encierro, etc. El estudio “Violencia en los pololeos en adolescentes y jóvenes en Chile”, realizado el 2019 por la Fundación Instituto de la Mujer, evidenció que 1 de cada 10 jóvenes chilenos reveló que alguna pareja lo ha “cacheteado”, zamarreado o lanzado objetos.

Uno de los problemas más graves es que muchas víctimas deciden mantener en secreto los episodios de violencia. Lo hacen como una necesidad de proteger la propia imagen. En las mujeres se produce debido a la errada percepción de responsabilidad en las relaciones de abuso, ya que en general tienen una baja autoestima, tendiendo a minimizar los “incidentes” violentos por parte de su pareja y además, no cuentan con las herramientas para abandonar este tipo de relación. Hay un tipo de “esperanza” en ellas de que con el tiempo todo pasará.

Sexual: Acto de coacción o amenaza hacia una persona con el objetivo de que lleve a cabo una determinada conducta sexual. En el caso de los jóvenes, lo que más se visualiza es presión por parte de la pareja para tener sexo. El decir “no” ya sea por convicciones religiosas, desinterés, o por el simple hecho de no querer ya es suficiente y se debe respetar. Ser obligadas por sus parejas a tener cualquier tipo de acto sexual, sin consentimiento, constituye un abuso que va en desmedro de su autoestima, generando sentimientos de vergüenza y miedo.

Virtual: El acceso a las redes sociales, trae también la posibilidad de nuevas maneras de controlar y ejercer violencia hacia la pareja, incluso a la distancia. Mensajes que deben ser respondidos a la brevedad, revisión autorizada o no de mensajerías, exigencia de claves personales, aplicaciones para seguir la ubicación del otro, solicitud de fotografías íntimas que luego pueden usarse para extorsionar, son nuevas formas de control y amenaza sobre la pareja en este periodo que plantean el desafío de ser claramente visibilizadas como violencias, para lograr prevenirlas y erradicarlas”

Comportamientos a los que debemos estar atentos y atentas para prevenir la violencia en el pololeo:

  • Ignorarte los días en que están enojados.
  • Chantajear si te niegas a hacer algo.
  • Humillarte, menospreciarte.
  • Manipularte para obligarte a hacer o decir algo.
  • Celos por todo lo que haces.
  • Control sobre dónde vas y como te ves.
  • Intrusión al ver tu teléfono o rastrear ubicación.
  • Aislamiento alejándote de tus amigos y familiares.
  • Intimidación llamándote loca e infundiéndote miedo.

¿Qué hacer si soy víctima o testigo de violencia?

En Chile el Estado protege a las mujeres que viven o han vivido violencia por parte de sus parejas, exparejas o convivientes.

No sientas miedo de contar a tus cercanos lo que estás viviendo. Su apoyo será fundamental en tu protección.

Es importante que cada vez que vivas un episodio de violencia, hagas la denuncia correspondiente en Carabineros, PDI o Fiscalía.

Recuerda que tienes el apoyo del Estado en orientación, atención psicológica, social y jurídica a través de los Centros de la Mujer, en todas las regiones del país, o llama a gratuitamente al 1455 y personal capacitado atenderá tus dudas y te informará qué debes hacer.