La Comisión de Venecia, órgano del Consejo de Europa especializado en temas constitucionales, ha planteado recientemente que la reforma a la Constitución que ha impulsado el Presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan supone "un peligroso paso atrás" para la democracia en Turquía.
Al efecto, la Comisión advierte que supone la consagración de "un régimen de una sola persona" porque elimina "el necesario sistema de contrapesos" que caracteriza a un régimen presidencialista verdaderamente democrático.
Asimismo explica que "permite al presidente ejercer el Poder Ejecutivo solo, sin supervisión, para designar y destituir ministros y otros altos cargos en base a criterios determinados por él mismo".
De acuerdo a la Comisión, la nueva norma extiende las facultades presidenciales incluso al Parlamento, porque le permite disolverlo sin razones de peso y ser al mismo tiempo el único líder de su partido político, lo que le confiere un control absoluto sobre el grupo parlamentario.
Enseguida la organización regional añade que "debilita aún más el ya inadecuado sistema de supervisión del Ejecutivo sobre el Judicial" y la independencia de jueces y magistrados.
La Comisión de Venecia también se muestra preocupada por cómo se ha aprobado la reforma constitucional, ya que el voto fue secreto y la votación se llevó a cabo cuando varios diputados del segundo partido opositor estaban presos.
A continuación, se indica que "el actual estado de emergencia no proporciona el ambiente democrático adecuado para realizar una votación tan importante como un referéndum constitucional", que está previsto para el próximo mes.
Finalmente manifiesta que "todo Estado tiene derecho a elegir su sistema político, ya sea presidencial, parlamentario o mixto, pero este derecho no es incondicional".
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