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Programa Asia Pacífico.

La identificación del olor como factor contaminante en Nueva Gales del Sur.

El territorio australiano determina que un olor es contaminante, más que por mediciones cuantitativas, cuando una comunidad considera que es ofensivo.

3 de julio de 2019

En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se da a conocer el artículo "La identificación del olor como factor contaminante en Nueva Gales del Sur".
La BCN sostiene que Nueva Gales del Sur fue uno de los primeros territorios en reconocer el olor como agente contaminante, pero también en establecer un marco de acción orientado a prevenir situaciones de ofensa a los ciudadanos y medir con diversos tipos de herramientas técnicas el grado de toxicidad. 

Olor como agente de contaminación y atentado al bienestar social

El texto expone que entre los factores que contaminan el aire, la polución puede causar daños severos al ser humano, principalmente en las vías respiratorias y en el funcionamiento correcto del cerebro. De igual manera, la intervención directa de los olores en el ambiente es también un causante directo de enfermedades, pero también afecta actitudes mentales y atenta en contra del derecho de disfrutar de un medioambiente libre de contaminantes.
Esto es señalado por Shukla NP, académico del Departamento de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Kanpur, quien en una publicación sobre la la identificación y control de los olores señala que muchas industrias tienen la capacidad de producir olores, gases y vapores que pueden ser ofensivos para las personas.
Esto es ratificado por la Organización Mundial de la Salud, que define la contaminación del olor como un impacto negativo que afecta a la calidad de vida, el bienestar y la salud. La forma como afecta a la salud es a través del estrés, por lo que plantea que la concentración, frecuencia y ubicación de olores deben ser evaluados a tiempo a fin de controlarlos y evitar su propagación.

Australia y el reconocimiento de los olores ofensivos

La BCN indica que al igual que en Europa y Estados Unidos, el Estado australiano de Nueva Gales del Sur (NSW por sus siglas en inglés) fue una de las primeras naciones en legislar sobre el olor y su reconocimiento como agente contaminante, ya que afectan indirectamente el bienestar de las comunidades. Aunque los olores no siempre atraen el mismo nivel de atención por parte de las personas y, por ende, de las autoridades, muchas veces es consecuencia de procesos llevado mal a cabo, como por ejemplo en el vencimiento de productos orgánicos de uso industrial, malas prácticas de aseo, problemas en la gestión re residuos o bajos niveles de sanidad en el agua.
Tanto en el caso australiano como en el de los otros países, continúa, el objetivo de sus legislaciones es proteger a los ciudadanos de olores desagradables, más que por considerarlos por sus potenciales efectos en la salud, como un factor de injusticia. Esto debido a una gran cantidad de quejas registradas por el Departamento de Medio Ambiente del estado, causadas por industrias de procesamiento de productos animales.
Esto, dice la BCN,  llevó a la publicación de la Técnicas, evaluación y manejo del olor de fuentes estacionarias en Nueva Gales del Sur, que además de presentar una visión general de la regulación ambiental, establece estrategias de gestión con el fin de prevenir y manejar el impacto de los olores. Si bien en todos los estados australianos existen guías similares, en el caso de NSW se incluyen manuales técnicos a distintas asociaciones profesionales para el muestreo y modelización de las mediciones.
Incluso, añade, a pesar de que existen variadas formas de evaluar los olores, como también distintos enfoques, en la práctica la forma de originar alertas y aplicar los mecanismos legales es cuando se considera que un olor es ofensivo. En un artículo de Henrique Melo sobre la experiencia australiana en la regulación de olores, señala que es precisamente el nivel de molestia de las comunidades lo que determina la gravedad de la situación. Luego, la guía aportará los criterios de evaluación y métodos para medir el rendimiento del aire.

Iniciativa para reconocer el olor como agente contaminante en Chile

Luego, la BCN se refiere a lo que sucede en nuestro país. En abril de 2019 se aprobó la idea de legislar el proyecto que reconoce expresamente en olor como un agente de contaminación. Una de las autoras de esta iniciativa es la diputada Circardini, quien comentó que una de las razones que motivó este proyecto fue la crítica situación vivida en la comuna de Freirina, región de Atacama. “Nadie se acuerda de esta comuna por sus lindos paisajes o su cantidad de obras patrimoniales, sino por el conflicto que se generó con Agrosuper. La comunidad y una empresa que a todas luces quedó evidenciado que hay un vacío legal en que los olores generaron malestar e incomodidad, pero también vulneración de derechos”, señaló.
Asimismo, valoró la necesidad de perfeccionar la legislación vigente. “No solo el caso de Freirina hay muchos a nivel nacional en donde cada vez se hace más necesaria una mejora a la ley. Entiendo que este proyecto va bien encaminado, si bien se hicieron modificaciones y regresó a la Comisión de Medioambiente, hay una voluntad general de avanzar. Por lo tanto creo que aquí lo importante es que saquemos lecciones de los vacíos legislativos que existen y por eso en su momento cuando vimos el grave daño que generó Pascua Lama en los glaciares, también surgió la necesidad de protegerlos. Y ahora con Agrosuper la posibilidad de proteger la integridad física de nuestra gente y entender que los olores hoy no están identificados como contaminantes, que es algo esencial”, sentenció.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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