Un tribunal de Bangladesh dictó una sentencia condenatoria de seis meses de prisión contra Muhammad Yunus, banquero de las microfinanzas y ganador del Premio Nobel de la Paz en 2006, por incurrir en una serie de violaciones a la legislación laboral. El veredicto ha desatado una amplia controversia entre sus seguidores, quienes acusaron a las autoridades del país de fabricar cargos para desacreditar a Yunus, dadas las pretensiones políticas del empresario.
El fiscal principal confirmó la condena de Yunus y señaló que él y tres colegas de Grameen Telecom, empresa creada por Yunus en la década de 1990, fueron condenados a seis meses de prisión. Sin embargo, los cuatro obtuvieron inmediatamente la libertad bajo fianza mientras apelan la decisión. Se le acusa de suscribir contratos irregulares y de retener beneficios de los trabajadores de su empresa. Además, habría incumplido su obligación de constituir un fondo de bienestar para sus trabajadores.
Yunus, que ha negado las acusaciones en su contra, enfrenta más de 100 cargos relacionados con violaciones a la legislación laboral y presunta corrupción. No obstante, su defensa ha impugnado el fallo en su contra, aduciendo que carece de mérito y que está impulsado por la intención de difamar e intimidar a Yunus.
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Muhammad Yunus, reconocido por su contribución significativa a la reducción de la pobreza mediante estrategias financieras innovadoras, ha mantenido durante mucho tiempo desacuerdos con la Primera Ministra Sheikh Hasina. La relación entre ambos ha estado marcada por tensiones, enfrentamientos esporádicos y la formación breve de un partido político rival por parte de Yunus en 2007.
Los críticos han expresado preocupación sobre el sistema legal de Bangladesh, argumentando que tiende a favorecer decisiones alineadas con la postura del gobierno. La administración de Hasina ha sido acusada de intensificar la represión contra las voces disidentes. En este contexto, la popularidad de Yunus y sus aspiraciones políticas lo convierten en una posible amenaza para el régimen gobernante.
«Como ciudadana de Bangladesh, en el primer día de 2024, estoy conmocionada y aterrorizada al ver lo que está sucediendo con el Estado de derecho en este país. El Tribunal Laboral ha sido utilizado como arma contra un premio nobel de la paz mientras las leyes laborales se violan de la manera más severa todos los días, en cada fábrica e incluso en las calles, y el Gobierno no hace nada”, lamentó Irene Khan, relatora especial de la ONU para la libertad de expresión.