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Imagen: elpais.com/
Histórico fallo.

Padres de adolescente que protagonizó un tiroteo en escuela de EE.UU. son condenados a prisión.

Los progenitores del autor de un tiroteo en Míchigan en 2021 dejaron a su alcance una pistola y desoyeron las señales de alarma sobre la salud mental de su hijo

10 de abril de 2024

Los padres del autor del tiroteo en una escuela de Michigan que costó la vida a cuatro estudiantes en 2021 han sido condenados este martes a sendas penas de entre 10 y 15 años de prisión por no haber tomado medidas que podrían haber evitado la matanza.

Jennifer y James Crumbley son los primeros padres condenados en EE UU por su responsabilidad en un tiroteo masivo perpetrado por un menor a su cargo, en este caso en la escuela a la que asistía (el patrón habitual en este tipo de casos es que el tirador sea un alumno o exalumno del centro).

Ambos fueron declarados culpables de homicidio involuntario el pasado 15 de marzo, después de que los fiscales presentaran pruebas de la existencia de un arma indebidamente guardada en su domicilio, así como su indiferencia o cuando menos desatención hacia la salud mental del vástago. Según los fiscales, “acciones muy simples” como guardar el arma bajo un candado habrían podido evitar el suceso. La pareja se enfrentó a juicios separados en el tribunal del condado de Oakland, a 64 kilómetros al norte de Detroit.

Ethan Crumbley, el autor de la matanza, había dibujado imágenes oscuras de una pistola, una bala y un hombre herido en una tarea de matemáticas, acompañadas de frases que expresaban abatimiento. El personal del instituto de Oxford, donde estudiaba y cometió la matanza, no le exigió que se fuera a casa, pero se sorprendió cuando los Crumbley no se ofrecieron a hacerlo voluntariamente durante una breve reunión con los docentes en las que fueron informados de las inquietantes señales.

Ese mismo día, el 30 de noviembre de 2021, el joven, de 15 años, sacó una pistola de su mochila y empezó a disparar contra la escuela. Tras declararse culpable en el juicio, en 2022, Ethan, que ahora tiene 17 años, cumple cadena perpetua por cuatro cargos de asesinato y otros delitos.

Durante el juicio se escuchó el testimonio de los padres de las cuatro víctimas, que resultó determinante para convencer al jurado de la culpabilidad de los Crumbley. Todos pidieron al juez que condenara a 10 años a los progenitores de Ethan, tachándolos de fracasados cuyo egoísmo provocó cuatro muertes y una tragedia comunitaria. “La sangre de nuestros hijos también está en vuestras manos”, dijo Craig Shilling, que llevaba una sudadera con capucha con la imagen de su hijo Justin Shilling en el pecho, informa la agencia AP. “No fue sólo su hijo el que mató a mi hija, también lo hicieron ustedes dos. Mientras ustedes compraban un arma para su hijo y la dejaban a su alcance, yo la ayudaba a terminar sus trabajos para la universidad”, dijo Nicole Beausoleil, madre de una estudiante muerta, mirando a la cara a James y Jennifer Crumbley.

“Los pensamientos no paran. Ayudadme. Mi vida es inútil. Sangre por todas partes”, escribió Ethan en su cuaderno de matemáticas, junto con los dibujos de una pistola, una bala y una víctima de un disparo. Ethan dijo a un consejero escolar que estaba triste -había muerto su abuela y su único amigo se había mudado repentinamente-, pero afirmó que el dibujo sólo reflejaba su interés por el mundo de los videojuegos.

Los Crumbley fueron convocados a una reunión en el colegio que duró menos de 15 minutos. No mencionaron que el arma dibujada por su hijo se parecía a la que James Crumbley, de 47 años, había comprado sólo cuatro días antes: una Sig Sauer de 9 mm que el adolescente había descrito en las redes sociales como “una belleza”.

Tras la reunión, los padres se negaron a llevarse a casa a su hijo, optando por volver al trabajo y aceptando una lista de servicios de salud mental que les fue suministrada por el colegio. El claustro aceptó que Ethan se quedara en el centro, al considerar uno de los consejeros escolares que sería más seguro para el joven permanecer en el centro que quedarse solo en casa. Pero nadie revisó su mochila. Ese mismo día, sacó la pistola y mató a cuatro estudiantes e hirió a otras siete personas.

En el juicio no hubo testimonios de especialistas sobre el estado mental de Ethan. Pero el juez, a pesar de las objeciones de la defensa, permitió al jurado ver extractos de su diario. “No tengo ninguna ayuda para mis problemas mentales y eso está provocando que dispare en la… escuela”, escribió. “Quiero ayuda pero mis padres no me escuchan así que no puedo conseguirla”.

Cuando se le preguntó si Ethan había manifestado alucinaciones meses antes del tiroteo, Jennifer Crumbley, de 46 años, dijo a los jurados que simplemente estaba “jugando”. Este martes, antes de pronunciarse la sentencia, expresó su “más profundo dolor” y dijo que no había tenido la menor idea de que su hijo fuera capaz de matar. “Mi marido y yo solíamos decir que teníamos el hijo perfecto. Yo lo creía de verdad”, dijo. “No tenía ninguna razón para hacer algo diferente. Esto no es algo que pudiéramos prever”, añadió. “Si hay algo que la gente puede sacar de esto, es que esto le puede pasar a cualquiera” en EE UU, donde las armas se venden en grandes superficies.

El fiscal demostró en el juicio cómo un simple candado podría haber asegurado el arma.

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  1. La exigencia expresa de concierto previo impediría que en nuestra legislación hayan podido ser condenados como autores de homicidio los padres del adolescente. Discutible sería la existencia de una hipótesis de colaboración; al parecer el requisito de convergencia en el dolo del autor no aparecería presente en este caso. para considerarlos como cómplices.