Cartas al Director

“Neo lengua»: trasbordo ideológico inadvertido.

Francisco Bartolucci Johnston

25 de abril de 2024


En la década de los años setenta del siglo pasado, el cientista político brasilero, Plinio Correa de Oliveira, advirtió al mundo libre acerca del fenómeno sociopolítico que llamó “trasbordo ideológico inadvertido” que, él explica, se trata de una estudiada estrategia puesta en marcha por los sectores de la izquierda marxista para, por medio del control y la manipulación de diversos factores, introducir en las mentes de las personas que forman parte de una sociedad libre, y sin que ellos lo adviertan, el ideario comunista.

La advertencia de Plinio Correa al mundo de la libertad, tenía, qué duda cabe, el antecedente de los postulados del ideólogo marxista Antonio Gramsci quién en sus escritos propone instaurar la sociedad comunista no por la violencia revolucionaria, sino a través de la dominación de las mentes de quienes forman parte del cuerpo social, lo que, enseña, se alcanza controlando y utilizando adecuada y decididamente los factores culturales que componen la sociedad; entre los cuales se encuentra el lenguaje.

El lenguaje permite formar imágenes y transmite mensajes que se fijan en la mente de las personas, convirtiéndose así en una de las más efectivas herramientas para operar el “trasbordo ideológico inadvertido”. Así las cosas, no puede llamarnos la atención que hoy los sectores de la izquierda radical de nuestro país intenten asentar en nuestra sociedad lo que George Orwell, en su libro “1984”, llama una “neo lengua”, la que define como “uno de los pilares básicos de un régimen totalitario” y cuyo objetivo es “crear un lenguaje para dominar el pensamiento de las personas y hacer inviable otras formas de pensamiento contrarias a las supuestas nuevas verdades.”

En este nuevo lenguaje, que a diario se nos presenta e impone, subyace implícito un contenido ideológico que inadvertidamente vamos aceptando a medida que aquel forma parte de nuestro diario vivir. Se va instalando, entonces, el nuevo pensamiento que se erigirá como una verdad única que reprueba y castiga toda otra forma de pensar. Es en esta estrategia que se explica la aparición de novedosos términos que nuestra generación no conoció, como: “Perspectiva de género”, “Enfoque de género”, “Educación sexual integral”, “Educación no sexista”, “Lenguaje inclusivo”, “Derechos reproductivos”, “Todes” “LGTB+” por enunciar algunos que se han instalado para implementar, desde la configuración del lenguaje, la estrategia del “trasbordo ideológico inadvertido”.

Las expresiones desde luego son ambiguas, pero esa ambigüedad es parte de la estrategia ya que las personas al no poder entenderlas y no tener la posibilidad de pensar su significado y medir sus efectos las incorporan a su diario lenguaje y, sin advertirlo, quedan atrapadas en el contenido ideológico que encierran.

La manipulación del lenguaje, que incluye la creación de una “nova lengua”, es hoy una poderosa herramienta para operar el “trasbordo ideológico inadvertido”, herramienta que permite también a los sectores de la izquierda radical y sus aliados avanzar en su propósito de definir un orden social cada vez más intervenido y vigilado y por ello menos libre y diverso.

 

Francisco Bartolucci Johnston

Abogado y Profesor de Derecho

 

 

 

 

 

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  1. Excelente comentario de don Francisco Bartolucci, muy oportuno pues la táctica del «transbordo ideológico inadvertido» denunciada por Plinio Corrêa de Oliveira está en plena ejecución.

  2. En relación con el «lenguaje inclusivo» al que se refiere Francisco Bartolucci Johnston en su magnífica columna, vengo en comentar que en el sistema gramatical español basta el uso genérico del masculino para designar la clase; es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto.
    Resulta grotesca la utilización del “lenguaje inclusivo de género” en la prensa escrita o en documentos estatales, en los que es posible leer, por ejemplo: “todos y todas” o, más grotesco aun, el uso de la palabra “todes” o del símbolo arroba, como aparecía en la página web del Poder Judicial: abogad@, funcionari@.
    La actual tendencia al desdoblamiento del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje, produce repeticiones que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y la lectura de los textos.
    Tal lenguaje se funda en razones extralingüísticas teñidas de ideologías, a la que obedecen las instrucciones dadas por el ministro secretario general de la presidencia Nicolás Eyzaguirre en su oficio 934 del año 2016 sobre “consideraciones de género en la formulación de proyectos de ley”.
    Adolfo Paúl Latorre
    Abogado
    Magíster en ciencia política