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Imagen: AFP/GETTY IMAGES
Kim Jong-un es el nieto del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, reconocido por la Unión Soviética como el primer "Gran Líder" norcoreano.

«Una nación, dos países. El caso de Corea», por Maximiliano Ravest.

El desarrollo de estos dos Estados no puede ser más contrastante. Por una parte, la pujante Corea del Sur, uno de los países más desarrollados del mundo, con altos estándares de vida y democracia. Por otra parte, la triste realidad de Corea del Norte, uno de los países más pobres del mundo, con la situación más crítica de vulneración de derechos humanos del mundo (cuestión que abordaremos en otra columna), y con un régimen totalitario controlado por una verdadera monarquía de la familia Kim, donde han ejercido el poder abusivamente contra su gente Kim Il Sun, Kim Jong-Il y Kim Jong-Un.

12 de marzo de 2024

Más de alguna persona habrá escuchado hablar de Corea del Norte y Corea del Sur, habitualmente en las noticias, porque el primero lanza misiles a sus vecinos de Corea del Sur, a Japón  y amenaza poder hacerlo en territorio de Estados Unidos.

Pero lo habitantes de la península de Corea, curiosamente no usan el nombre de “Corea” sino de 한국 (romanizado como Hanguk en el caso de Corea del Sur) o 조선, (romanizado como Choson en el caso de Corea del Norte).

Además, los nombres oficiales de los países son otros, Corea del Norte y Corea del Sur son nombres coloquiales. En el caso de Corea del Norte, su nombre oficial en nuestro idioma, es República Popular Democrática de Corea, para ellos 조선 민주주의 인민 공화국  (romanizado Choson Minsusuui Inmin Kongjwakuk). En el caso de Corea del Sur, su nombre oficial, en español es República de Corea, para ellos 대한민국 (romanizado Tejanminkuk).

Estas denominaciones no son meramente semánticas, son más relevantes de lo que aparentan, y tienen consecuencias jurídicas.  La Constitución de la República de Corea en su Artículo 3 señala: “El territorio de la República de Corea consistirá en la península de Corea y sus islas adyacentes” (Versión BCN: https://www.bcn.cl/procesoconstituyente/comparadordeconstituciones/constitucion/kor). Eso quiere decir, que la República de Corea, conocida por todos nosotros como Corea del Sur, reivindica para sí todo el territorio de la península de Corea, incluido territorio que es controlado en la práctica por Corea del Norte. Es decir, si una persona abandona la República Popular Democrática de Corea, no se convierte en apátrida, sino que se le reconoce como ciudadano de la República de Corea.

Como dice el viejo adagio jurídico, donde existe la misma razón debe existir la misma disposición, y, por ende, podría entenderse que los crímenes cometidos en toda la península podrían ser juzgados por tribunales de la República de Corea. Esto tiene implicancias para, por ejemplo, eventuales casos por violaciones de derechos humanos en Corea del Norte ante la Corte Penal Internacional, ya que podría entenderse que primero debería agotarse la vía de la República de Corea antes de ir a dicho Tribunal Internacional.

Por supuesto, los hechos superan al derecho, y hay aspectos del derecho internacional que son esenciales en este análisis.

Durante gran parte de su historia, Corea, ha sido un país que ha ejercido soberanía sobre toda la península de Corea, sin perjuicio de que en el pasado también ha habido divisiones e intervenciones de países extranjeros. Al término de la Segunda Guerra Mundial, Japón es obligado a abandonar los territorios ocupados, por lo que tiene que retirarse de la península de Corea, que ocupaba desde 1910. Tal como ocurrió en el caso de Alemania, había zonas de influencia en la península coreana, al norte del paralelo 38°, de influencia soviética y al sur, de influencia norteamericana.

Las Naciones Unidas intentó ordenar esta situación llamando a elecciones democráticas en la península de Corea, las que se llevaron a cabo el 15 de agosto de 1948, naciendo la República de Corea. Corea del Norte se opuso a estas elecciones, naciendo el 9 de septiembre del mismo año la República Popular Democrática de Corea. Las Naciones Unidas reconocen como legítimo gobierno de la península de Corea a la República de Corea, pero su ingreso formal a las Naciones Unidas tardaría debido al veto de la URSS y de la República Popular China, que en 1972, pasa a ocupar el asiento de China en el Consejo de Seguridad de la ONU en vez de la República de China (más conocida como Taiwan). Finalmente, ambas Coreas fueron aceptadas en Naciones Unidas el 17 de septiembre de 1991.

Kim Il-sung, gobernante de facto de Corea del Norte, abuelo del actual líder totalitario Kim Jong-un, decide el 25 de Junio de 1950, luego de obtener el apoyo de la URSS, ocupar el sur del paralelo 38°, derrotando rápidamente a las desprevenidas tropas de Corea del Sur, (las fuerzas de Estados Unidos ya se habían retirado antes de la invasión). Cuando Kim Il-sung estaba prácticamente por ocupar toda la península, Naciones Unidas toma la decisión de ir en ayuda de la República de Corea, formándose el Comando de las Naciones Unidas de 16 naciones, liderada por Estados Unidos.

El General Douglas MacArthur decide ingresar a la península de Corea por Incheon, costa cercana a Seúl y al paralelo 38, y logra aislar a las tropas de Corea del Norte. Cuando estaba a punto de conquistar toda la península, la República Popular China envía a millones de efectivos en ayuda de Corea del Norte, quedando la guerra en su punto de inicio en torno al paralelo 38°.

Luego de meses de negociaciones, el 27 de Julio de 1953, los altos mandos militares de Estados Unidos (representando al Comando de las Naciones Unidas), Corea del Norte y la República Popular China, firman un armisticio, o sea, un cese al fuego en la Guerra de Corea. En este punto hay dos detalles destacables: la República de Corea no quiso firmar dicho armisticio y no es un tratado de paz, por lo que técnicamente ambas Coreas siguen en guerra. Se genera la curiosa situación de que Corea del Sur es “el lugar más seguro para vivir la guerra” como me dijo una guía turística de la zona desmilitarizada, irónico nombre para una de las zonas más militarizadas y vigiladas del mundo, pero que por más de 70 años ha mantenido paz entre ambos países o Estados de la nación coreana.

El desarrollo de estos dos Estados no puede ser más contrastante. Por una parte, la pujante Corea del Sur, uno de los países más desarrollados del mundo, con altos estándares de vida y democracia. Por otra parte, la triste realidad de Corea del Norte, uno de los países más pobres del mundo, con la situación más crítica de vulneración de derechos humanos del mundo (cuestión que abordaremos en otra columna), y con un régimen totalitario controlado por una verdadera monarquía de la familia Kim, donde han ejercido el poder abusivamente contra su gente Kim Il Sun, Kim Jong-Il y Kim Jong-Un.

Una de las mayores novedades respecto de la situación de la península de Corea es, por un parte, las declaraciones del líder totalitario de Corea del Norte, Kim Jong-Un, en orden a decir que la reunificación ya no es posible, y que ahora su enemigo primordial era Corea del Sur (antes lo era Estados Unidos). Por otra parte, el sentimiento de las personas jóvenes de Corea del Sur, que están acostumbradas al estatus quo, y no desean tanto la reunificación de las coreas, a diferencia de las generaciones mayores que tienen familiares en el otro lado del paralelo 38°.

Tal vez se ve lejano, también lo parecía cuando Alemania estaba dividida, pero esperemos que algún día Corea pueda ser una nación y un país en toda su península bajo un régimen democrático, libre, próspero y que respecte los derechos humanos de todos sus habitantes.

 

Maximiliano Ravest: Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magister en Derecho Cornell University. Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Chile. Estudiante de Doctorado en Relaciones Internacionales Yonsei University, Corea del Sur.

 

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