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La competencia clásica entre liberales y conservadores terminará mañana.

Opinión: La segunda vuelta en Colombia: lo que está en juego para Venezuela.

Los dos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta electoral en Colombia, representan dos polos antagónicos y el fin del bipartidismo histórico en Colombia.

16 de junio de 2018

Si hay algo que dividió las aguas en los últimos años, es el acuerdo de paz suscrito por el Gobierno de Juan Manuel Santos con la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Hoy el escenario indica a Iván Duque como favorito para ganar las elecciones presidenciales en Colombia, quien logró en la primera vuelta más de 7.5 millones de votos (39.14%), mientras que el candidato de la izquierda, Gustavo Petro, que por primera vez coloca a dicho sector como una alternativa competitiva, recibió 4.8 millones de votos (25.08%), pasando a segunda vuelta.
En su discurso de victoria, en la primera vuelta, Iván Duque confirmó su intención de revisar el acuerdo con el otrora grupo armado. Gustavo Petro mientras tanto, hizo numerosas declaraciones, buscando mostrarse como garante del desarme de la guerrilla y acusó a Duque y su partido político de promover el "retorno de la guerra" en Colombia.
Duque es un abogado con estudios en Estados Unidos, que trabajó durante años en Washington D.C., es el candidato del Centro Democrático, el partido liderado por Álvaro Uribe, el político más popular de Colombia y el mayor opositor público al tratado de paz, suscrito por el Gobierno de Juan Manuel Santos con las ex guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia. Su crítica nace por la que éste “considera excesivas concesiones” que se les otorgaron a los guerrilleros, para suscribir un acuerdo, que pusiera fin a una virtual guerra civil, que superaba los cincuenta años.
Por su parte, Gustavo Petro, líder del movimiento Colombia Humana y ex alcalde de Bogotá, se hizo conocido como edil de la capital colombiana, procede de una ciudad interior, que se aproximó en su momento a un ideario marxista, admirador declarado de Chávez, el ex presidente Venezuela, no así de Maduro, de quien ha intentado tomar distancia para conquistar a los sectores del centro político.
Patricio Gajardo, Director de Postgrado y Extensión de la Escuela de Gobierno de la Facultad de Derecho y Gobierno USS, nos explica que Iván Duque  apuesta por recuperar altas tasas de crecimiento de la economía y el empleo, como requisito indispensable para que Colombia pueda avanzar con celeridad en su lucha contra la pobreza y la desigualdad”. También subraya su promesa de “constituir un Gobierno incluyente, capaz de superar la polarización de años recientes y liderar, con adecuado respaldo de la sociedad, las reformas estructurales que necesita el país”.  
“Petro, por su parte, defiende cobrar más impuestos a las personas de mayores ingresos para combatir la desigualdad y quiere distanciarse del modelo extractivo del petróleo y el carbón.  Apuesta a fortalecer los programas sociales con incidencia del Estado. "Él confía en que el Estado puede orientar la producción agrícola, la producción energética y el financiamiento de servicios públicos. De ahí, la constante acusación que hace el uribismo a Petro, de que éste pretende llevar a Colombia hacia el chavismo”, dice Gajardo.
El abogado, nos dice que el drama venezolano en Colombia, no es un problema externo para los votantes “hace parte de un debate  político, dada la crisis humanitaria que vive ese país y el millón de venezolanos que se encuentran en su territorio y los miles que cruzan todos los días”.
“Duque tiene una postura radical con respecto al Gobierno de Maduro en Venezuela; un hito fue la reunión en la frontera, entre el presidenciable y la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado y el llamado que éste hizo, de “acorralar diplomáticamente” al gobierno de Maduro, para obligarlo a transitar hacia una democracia, explica Gajardo.
La dosis de temor sobre los riesgos del chavismo la aportó María Corina Machado, comparando la situación que vivió su país a finales de los noventa con la actualidad colombiana: "Es tan urgente salvar a Colombia como es salvar a Venezuela. Y para salvar a nuestras naciones necesitamos que Iván Duque llegue a la presidencia. Quiero decirles algo. Hace 20 años, Iván, los venezolanos vivimos una situación similar a la que hoy viven los colombianos… Entonces nos dijeron Venezuela no es Cuba, no le hagan caso a las cosas que Chávez dice. Y eso no va a pasar. No vale, no va a pasar. Y pasó. Y miren los resultados. Acabaron con todo.”
Patricio nos dice que la realidad, en cualquier caso, es que Venezuela está presente en la campaña colombiana, porque lo está en la vida de cientos de miles de ciudadanos, que ven los efectos de la crisis del país vecino, en su día a día.
El académico nos señala que si, además, tomamos en cuenta la decisión del actual Presidente Santos, de incorporar a contar del 31 de mayo recién pasado a Colombia, como socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sumado al aislamiento del régimen de Maduro, luego de que su reelección haya sido desconocida por la comunidad internacional, todo indica que la crisis venezolana va a continuar impactando en su vecino y va a tender a internacionalizarse.
Los socios globales de la OTAN "desarrollan cooperación con la OTAN en áreas de interés mutuo, incluidos los desafíos de seguridad emergentes, y algunos contribuyen activamente a las operaciones de la OTAN, ya sea militarmente o de alguna otra manera “indica la organización en su página web en la que ya aparece reflejada la adhesión de Colombia. Otros ocho países forman parte de esta misma categoría: Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán. La OTAN tiene 29 miembros, pero además una decena de países fuera de Europa y Norteamérica son "socios" en diferentes categorías.
Juan Manuel Santos anunció por primera vez sus intenciones de “acercamiento" a la OTAN en junio de 2013, y en diciembre de 2016 llegó a un acuerdo de “mayor" cooperación militar con la OTAN para gestionar el posconflicto tras el acuerdo de paz alcanzado con la guerrilla.
“Pero Colombia al transformarse en el primer país de América Latina, que se asocia a la alianza militar multinacional, sumado al conflicto ideológico que se expresa en una segunda vuelta altamente polarizada, tenemos que concluir que la decisión de los colombianos el próximo 17 de junio, no sólo será trascendente para ese país, sino para la región y en particular para Venezuela”, enfatizó Gajardo.        

 

    

 

 

 

 

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