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Motivaciones de la Asamblea tailandesa para avanzar en la aprobación de la cannabis medicinal.

Los parlamentarios del Comité de Salud Pública de la Asamblea Legislativa Nacional del país asiático propusieron los cambios con el fin de que las propiedades de la planta se utilicen sin afectar negativamente a la sociedad.

8 de enero de 2019

En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN) se da a conocer el artículo “Las motivaciones de la Asamblea tailandesa para avanzar en la aprobación de la cannabis medicinal”.
Recuerda que con 166 votos a favor y 0 en contra, el parlamento tailandés a finales de noviembre de 2018 aprobó la legalización de la marihuana con fines medicinales. Con esto, se convierte en el primer país del Sudeste Asiático en avanzar legalmente sobre este tema, lo que permitiría una entrada en vigencia de la ley durante 2019.

Uso medicinal pero no recreativo

La BCN señala que durante años, el uso de la marihuana con fines recreativos y medicinales ha sido un tabú en el Sudeste Asiático. Las autoridades han tenido poca tolerancia con los consumidores, mientras que los traficantes, en países como Singapur o Malasia, enfrentan la pena de muerte. Sin embargo, en Tailandia a pesar de una eventual legislación sobre la materia, su posesión de hasta 10 kilos para uso recreativo mantendrá sanciones de hasta cinco años de prisión.
En consecuencia, añade, siguen en vigor las restricciones sobre los fines recreativos pero se abre una puerta para su uso medicinal, pues según la discusión llevada a cabo en la Asamblea Legislativa Nacional, se considera útil en el tratamiento de una amplia gama de afecciones como epilepsia, dolores crónicos y en los efectos secundarios de la quimioterapia. No obstante, aún no están claros los detalles en relación a la forma cómo se administrará el uso medicinal de la marihuana, la decisión final que aprobará esta modificación a la ley, dependerá del monarca Maha Vajiralongkorn.
De esta manera, aclara el texto, y pese a que no hay indicaciones que precisen los formatos de suministro, al momento de que se publique la ley en la Gaceta Real se permitirá la investigación, producción, importación, incluso exportación de cannabis. Al menos esa ha sido la intención de Somchai Sawangkan, el parlamentario patrocinador del proyecto de ley y quien dice contar con el respaldo de la Cruz Roja, dentistas, veterinarios y terapéutas de medicina tradicional tailandesa.

Argumentación sobre los beneficios

La BCN se refiere a la argumentación sobre los beneficios. El argumento más importante para enmendar la actual Ley de Narcóticos de Tailandia es que producirían efectos positivos en personas con enfermedades puntuales. Durante su intervención al momento de aprobar dicha modificación en el Parlamento, el doctor Jet Sirathraanon, presidente del Comité de Salud Pública de la Asamblea Legislativa Nacional, señaló que la planta sería efectiva a la hora de tratar a pacientes con neuropatía periférica, producida cuando los nervios que transmiten impulsos desde el cerebro al cuerpo están dañados.
Asimismo, planteó que en el tratamiento del cáncer hay estudios que demuestran la efectividad para mitigar los efectos negativos de la quimioterapia, por lo que su potencial en el uso médico debe ser una advertencia para que luego de la ley se regule la explotación y promoción de medicamentos con base en la planta, pues habrían intereses de compañías farmacéuticas transnacionales en juego. Aunque valoró el apoyo popular -medido a través de encuestas- a la iniciativa de legislar sobre el tema.
A continuación, la BCN explica que independientemente del apoyo popular y que desde el Parlamento tailandés ha habido intenciones en años anteriores de retirar a la cannabis saitiva de la lista de drogas ilícitas, si la enmienda es rechazada la Asamblea tendrá que esperar el comienzo de un nuevo Gobierno para reenviar el proyecto.
Una visión similar a la del parlamentario tailandés, afirma el texto, tiene Renato Gazmuri, investigador y docente de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales (UDP) y miembro del directorio de la Fundación Daya, para quien la planta tendría alta efectividad en ciertas dolencias donde la medicina tradicional no tiene soluciones. “El cannabis como medicina no es que tenga una causalidad directa, no es que sea antiinflamatorio, o antiséptico, lo que pasa es que interactúa con un sistema que tenemos en el cuerpo. Hay ciertos neurorreceptores específicos receptivos al cannabinoide, donde entran como una llave a una cerradura en muchas células del cuerpo. Eso los llevó a preguntarse si hay cannabinoides endógenos y los descubrieron. De hecho, el primero se llama anandamida y tiene una estructura similar al THC que es uno de los dos cannabinoides más fuertes en la planta. Entonces esto quiere decir que hay una sustancia endógena que cumple similares funciones”, señaló.
En relación a los efectos no previstos que esta planta produciría en las personas, afirma que se trata de una sustancia que interviene en una cantidad importante de funciones. “Por eso tiene un espectro muy amplio de usos médicos. La contracara de esto es que aún sabemos poco. Sabemos que sirve y que interactúa pero no con precisión de qué tipo de cannabis sirve para qué tipo de dolencia. Además como el prohibicionismo sobre el uso también se extendió a la investigación. Hay un vacío desde la década de los cincuenta hasta principios de este siglo, en que simplemente se dejó de investigar, entonces con la investigación volvió a irrumpir y con un montón de preguntas por responder”, agregó.

Posibilidad de legalizar el uso medicinal en Chile

Consultado sobre la visión en nuestro país sobre la cannabis y su uso medicinal, Renato Gazmuri comentó que existe una percepción histórica de la planta, donde hay sectores conservadores que tienen una visión negativa. “No creo que haya evidencia dura que señale que haga daño, lo que pienso es que hay derivadas que no son razonables. En el debate político los argumentos tienen que ver con que se cambia la percepción del riesgo y facilita el consumo de adolescentes, pero son derivadas, no cuestionamientos al uso médico propiamente tal. Cuando se igualaron las condiciones legales de hijos legítimos e ilegítimos un sector político decía que esto iba a fomentar el nacimiento de hijos fuera del matrimonio. Lo mismo con el divorcio, que los iba a fomentar. Esto es un argumento que políticamente funciona, pero que no tiene racionalidad ni evidencia, entonces la resistencia es de orden político e ideológico de como ve la planta la gente”, sostuvo.
En relación a la posibilidad de que la discusión política adopte más argumentos científicos, afirmó que eventualmente podría haber evidencia sobre el uso incorrecto, pero que nada afectaría a los beneficios ampliamente demostrados. “Esto tiene que ver con que tiene un potencial tremendo pero tenemos muy poca claridad respecto de usos específico para dolencias específicas. Además que hay medicamentos que no son producidos estandarizadamente y las personas son también un universo biológico. No todos interactúan igual. No es una panacea ni un medicamento que sirva para todo, pero no es una sustancia tóxica bajo ninguna perspectiva. Incluso, en el consumo frecuente de adolescentes no es una buena idea, esto porque son cerebros y personalidades en formación y no a todo el mundo le hace bien, además que no es un remedio para todo y todos”, sentenció.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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