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Abuso de confianza.

España: La Fiscalía solicita 6 años de cárcel para el portero chileno de un edificio que trató de violar a una joven arrendataria de 18 años con el mataleón.

El mataleón consiste en agarrar por el cuello a la víctima, presionando fuerte con el antebrazo sobre el cuello para estrangularla. La presión sobre la arteria carótida y la tráquea impide que la sangre llegue al cerebro, amén de la falta de oxígeno, y por tanto provoca el desvanecimiento en cuestión de pocos segundos, como se puede ver en esta imagen en la que Juliana Peña, de negro, venció por esta vía a Sara McMann en UFC 257. Fuente: ESPN.

20 de agosto de 2023

En una publicación del medio español Confilegal se da a conocer el artículo «La Fiscalía solicita 6 años de cárcel para el portero de un edificio que trató de violar a una joven arrendataria de 18 años con el mataleón».

Ricardo L.O. tenía el 20 de febrero pasado 39 años. Trabajaba, como portero de una urbanización del suroeste de Madrid, contratado por la empresa ENIF Conserjes, S.L., sociedad asegurada por Mapfre.

El portero, de nacionalidad chilena y en situación ilegal en España, guardaba un secreto que, con toda seguridad, podría haber impedido esa actividad, dado que en la urbanización habitaban niños y adolescentes: En 2011 había sido condenado en firme a 12 años de prisión por la Audiencia Provincial de Navarra por una agresión sexual consumada llevada a cabo en 2009.

Ricardo L.O. había cumplido su pena si bien no hizo frente a la indemnización de 30.000 euros que le impuso el tribunal sentenciador.

Poco después de dejar la prisión, estando en libertad condicional, ENIF Conserjes, S.L., le contrató en 2020.

Los hechos, por los que el Ministerio Fiscal solicita 6 años de cárcel –4 por un delito de agresión sexual (artículo 178.1 del Código Penal) y 2 años por un delito de lesiones (artículo 28 del mismo Código)– y 21.629,19 € por las lesiones causadas, las secuelas y el daño moral, tuvieron lugar en la fecha fijada.

Concretamente a las 17.17 horas.

Pocos minutos antes había recibido una llamada telefónica de la madre de la joven, que se encontraba fuera, comunicándole que el dúplex que ocupaba con su hija, de 18 años, se había quedado sin luz y que, por favor, lo arreglara.

SE MONTÓ UNA AVERÍA ELÉCTRICA EN LA CASA Y LE APLICÓ EL MATALEÓN

“Bajo engaño de que la avería eléctrica podía encontrarse en la parte superior de la vivienda, Ricardo L.O. le dijo a la joven que subieran. Mientras él la seguía, y movido por un deseo libidinoso y de satisfacer sus necesidades sexuales, aprovechó el momento para propinarla un fuerte empujón por la espalda, tirarla al suelo, cogerla del cuello desde atrás violentamente, para tratar de quitarle la ropa y tocar sus partes íntimas”, relata Sylvia Córdoba, socia directora de la firma Silvia Córdoba Moreno & Asociados, representante legal de la joven, en su escrito de acusación.

Y prosigue: “Dado que la mujer opuso toda la resistencia física que pudo para evitar el propósito del acusado, este, con ánimo de dañar su integridad física y psicológica, y para poder vencer su voluntad y someterla, le tapó fuertemente la boca para evitar que pidiera ayuda y siguiera gritando, le cogió de su pantalón su teléfono móvil y lo tiró lejos para evitar que pudiera pedir auxilio, cuando consiguió ponerse en pie [la joven], el acusado volvió a tirar al suelo a la joven, propinándole puñetazos en cara y otra partes del cuerpo, para a continuación, agarrarle fuertemente del cuello e introducirle los dedos en la garganta tratando de asfixiarla momentáneamente y poder someterla”.

Lo que se conoce como la técnica del “mataleón”, por la que el agresor, situándose a la espalda de la persona, le agarra por el cuello, presionando fuerte con el antebrazo para estrangularla. La presión sobre la arteria carótida y la tráquea impide que la sangre llegue al cerebro, amén de la falta de oxígeno, y por tanto provoca el desvanecimiento en cuestión de pocos segundos.

TRATÓ DE DEJARLA SIN SENTIDO

Sin embargo, no tuvo éxito debido a la resistencia de la joven, que era alta y con envergadura. Optó, entonces, por cogerla por el pelo, golpeando repetidamente su cabeza contra el suelo para dejarla sin sentido, dándole alternativamente puñetazos en el rostro y en el cuerpo.

En ese momento consiguió quitarle la sudadera y tocarle los pechos.

“Como la joven no paraba de suplicarle que parase la agresión, asegurándole que estuviera tranquilo porque no le iba a denunciar, Ricardo L.O., en un momento dado se percató de que la joven tenía la cara totalmente ensangrentada. Paró los golpes y le dijo, en actitud desafiante a la chica, que no lo denunciara. A continuación abandonó la casa para esconderse en una vivienda desocupada de la comunidad de vecinos para evitar la detención”, añade la abogada.

Lo que se produjo poco después, cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional.

La joven, como se suele decir, quedó virtualmente hecha un “Ecce Homo” (‘He aquí el hombre’, como presentó Pilatos Jesucristo tras torturarlo con 39 latigazos).

“Hematomas en los labios, lengua, paladar y mucosa oral, contusiones faciales y craneales múltiples, cervigalgia en cuello con edema y eritema anterior con hematomas, escoraciones leves en el tórax y espalda”, dice el escrito de acusación.

Además de haber desarrollado un “trastorno de estrés postraumático de intensidad media/severa, como secuela” que precisó de tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, por lo que tardó en curar 90 días.

Sylvia Córdoba solicita un año más que el Ministerio Fiscal: 7 años.

ABUSO DE CONFIANZA

“Porque considero que aquí se dan dos agravantes: La del artículo 22.6 del Código Penal. Obró con abuso de confianza. Los porteros son personas de la máxima confianza de los inquilinos. Su función es cuidar de ellos y, en suma, protegerlos. Lo que no se ha producido en este caso. Esta agravante es muy clara”, cuenta.

A esta añade la agravante del artículo 22.8. “Porque es reincidente. Fue condenado en 2011 por un delito de agresión sexual. No tenía que haber sido contratado. No tenía que haber estado ahí. Es evidente que la empresa que lo contrató no valoró el riesgo que estaba asumiendo. Algo con lo que la agencia de seguros coincidirá conmigo”,  señala.

Córdoba solicita, por el primero delito, el de agresión sexual, 4 años de prisión. Y 3 por el de lesiones. Además de 49.349,88 euros por las lesiones físicas y psicológicas sufridas, por las secuelas psicológicas y el daño moral causado.

“Y tras cumplir su condena, la expulsión de España, con prohibición de volver a entrar en nuestro país durante 10 años. ¿Qué menos? No podemos cometer el mismo error otra vez”, concluye.

Ricardo L.O., mientras tanto, espera el juicio en prisión. Sin haber declarado una palabra.

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