La Corte Suprema de Canadá declinó escuchar la apelación deducida por una escuela privada acusada de discriminar a sus estudiantes musulmanes al negarles el acceso a un espacio de oración en sus dependencias, confirmando así el fallo de segunda instancia que le impuso una multa de 26.000 dólares canadienses (unos 18 millones de pesos). Los directivos adujeron que permitir estas prácticas violaría la política secular del establecimiento.
El caso versa sobre dos estudiantes musulmanes que alegaron discriminación cuando intentaron practicar sus ritos religiosos en la escuela, luego que el director del establecimiento rechazara otorgarles un espacio para orar. Tras tomar conocimiento de esta prohibición, la comisión de derechos humanos local falló a favor de los menores, imponiendo una multa significativa a la escuela.
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La decisión fue confirmada por el Tribunal de Apelación de Alberta, que consideró que proporcionar un área para la oración era una adaptación comparable a otras prácticas religiosas permitidas en la escuela. Puso como ejemplos la exhibición del árbol de Navidad cada año y las excepciones al código de vestimenta para los estudiantes que usan velos religiosos.
«La política aconfesional de la escuela no se ve afectada al proporcionar a los estudiantes acceso a un espacio privado y tranquilo para orar. En nuestra opinión, no se puede sugerir razonablemente que el establecimiento esté respaldando alguna religión o práctica religiosa, y no debería verse así, simplemente proporcionando dicha adaptación”, dictaminó el Tribunal de Apelación.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha reafirmado el compromiso del gobierno de combatir la discriminación “antimusulmana”. Recientemente, se nombró a Amira Elghawaby como la primera Representante Especial para la Lucha contra la Islamofobia, lo que demuestra el compromiso del país en abordar este problema. Además, Canadá renovará su Estrategia Antirracismo para incluir medidas específicas destinadas a abordar la intolerancia religiosa y promover la inclusión de todas las comunidades en la sociedad canadiense.
“Decepcionado, no sorprendido. No hay camino a seguir más allá de lo que decidió la Corte de Apelaciones de Alberta, por lo que tendremos que obedecer la sanción en términos del pago financiero a los demandantes”, lamentó el director de la escuela.
Vea texto de la resolución y dictamen Comisión de Derechos Humanos.