Recientemente, la autora brasilera Carleane Lopes Souza publicó un análisis sobre el arbitraje en Brasil.
En el documento, se comienza exponiendo que el arbitraje ya existía en Brasil, incluso antes de su descubrimiento. La prueba de ello es que, en 1494, el Papa Alejandro VI asumió como árbitro, intentando resolver los conflictos entre Portugal y España, referentes a las tierras de la colonia brasileña.
Por otro lado, señala que el arbitraje en Brasil comenzó a tomar fuerza después del juzgamiento del Agravio Regimental de Sentencia Extranjera (SE 5206 Agr./EP – ESPAÑA), el 12 de diciembre del 2001, publicado en abril del 2004; entre ese período de tiempo, la ley de arbitraje y el juzgamiento del Agravio Regimental, existía una cierta desconfianza sobre la constitucionalidad de la Ley de arbitraje, y con ello, su utilización hasta el 2004, era muy escasa.
En ese sentido, indica que para llegar al arbitraje que es conocido hoy en día, fueron innumerables las tentativas para instituirlo. No es que no existiera, existía, pero era necesaria la homologación del Poder Judicial, lo que inviabilizaba o desmotivaba su utilización.
Enseguida, la autora realiza una exposición histórica del arbitraje en Brasil, destacando que, en 1916, el Código Civil reglamenta el arbitraje, en sus arts. 1037 a 1048, revocando las demás normas que trataban sobre el asunto. Con todo esto, mantiene la obligatoriedad de la homologación judicial, excepto cuando haya acuerdo de las partes. Estos artículos hoy están derogados por la Ley de Arbitraje.
Luego, indica que hubo muchos intentos fallidos por crear una Ley de Arbitraje. En ese sentido, destaca que solamente en 1991, el Instituto Liberal de Pernambuco tomó el frente de los trabajos, con apoyo de varias instituciones de derecho, estudios de abogados y grupos de trabajo. Agrega que fue con la unión de muchos esfuerzos que hoy en Brasil se tiene Ley de Arbitraje Nº 9307/96, que después de 19 años de existencia, ha pasado por pocas modificaciones, como se observa en la Ley N° 13.129/15.
Junto con lo mencionado, señala que aún hoy podemos decir que el arbitraje es mucho más utilizado por un público selectivo, debido al costo que envuelve el proceso de arbitraje. Pero el costo elevado no es el único inconveniente para la utilización del arbitraje: la falta de divulgación también es un factor de peso. Sin perjuicio de ello, expone que, aun así, conforme consta en la materia publicada en la página web de AMAERJ – Associação dos Magistrados Brasileiros, Brasil es el quinto país con más números de casos de arbitraje realizados en el mundo.
Finalmente, la autora concluye manifestando que el arbitraje en Brasil continúa creciendo y no existe la menor duda de que es uno de los más importantes métodos de resolución de conflictos, que puede contribuir de forma contundente, como instrumento pacificador y de mejoramiento para las relaciones humanas, empresariales y sociales.

Vea texto íntegro de la publicación.

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* Escriben "Sobre el necesario reconocimiento de la Autonomía del Arbitraje Interno en Chile desde una mirada constitucional"…