Interesante fue descubrir, hace un par de semanas, que en Suiza se había aprobado, en lo que conocemos como “primer trámite constitucional”, una ley que regula el matrimonio para parejas del mismo sexo. A estas alturas del partido, es inmediato asumir que la mayoría, sino todos, los países de Europa Occidental tienen una regulación que reconoce plenamente el derecho a contraer matrimonio de las parejas homosexuales. Sin embargo, al igual que Chile, Suiza, desde junio de 2005, que considera legal la unión civil de parejas del mismo sexo; consolidado a través de un referéndum que contó con el 58 % de aprobación de la población votante. Sólo recién en 2007 entró en vigencia. Si bien fue uno de los primeros países en dar este paso, se ha detenido en dar el siguiente paso. Esto, hasta el 11 de junio de 2020.
La iniciativa parlamentaria, presentado por el minoritario Partido Verde Liberal (PVL), sólo ha encontrado oposición parcial entre los diputados de la Unión Demócrata del Centro (UDC) y del Partido Demócrata Cristiano; por lo que, en general, ha presentado un gran espaldarazo de la comunidad legislativa. Ello, no obstante existir la posibilidad de someterlo a referéndum, una vez que supere todos los trámites parlamentarios.
Sin perjuicio de todo lo anterior, no sería del todo correcto señalar que existe una dicotomía entre la representación “liberal” que se puede tener de un país como Suiza y su limitada legislación respecto de la comunidad LGBTQ. De hecho, si elaboramos un listado general, es posible encontrar leyes o disposiciones que regulan aspectos tales como derechos de género: cambio de sexo legal y cambio de sexo en documentación; derechos reproductivos: acceso igualitario de persona homosexual a la adopción; protección legal contra la discriminación en todos los aspectos; protección legal de pareja: acceso igualitario a la unión civil.
Aun así, la adopción homoparental conjunta no se encuentra del todo permitida, pero la condición sexual de un padre adoptivo no es causal para la revocación de la tuición de un hijo. Además, desde 2018 se permite la adopción del hijo de la pareja sin importar el sexo o estado civil en que se encuentren. Sin embargo, se produce una situación diferenciadora: Es posible la adopción del “hijastro” para quienes hayan celebrado una unión civil o se encuentren en una relación estable y duradera demostrable, pero una pareja que haya celebrado una unión civil sin tener hijos, se encuentra impedido de adoptar un hijo que no se encuentre biológicamente relacionados con los padres.
En consecuencia, Suiza cuenta con un listado de garantías que pretenden resguardar la identidad sexual, de género y el pleno desarrollo de las personas homosexuales. Esta nueva ley, de ser aprobada, viene a ser la última pieza que completa el rompecabezas, ello por cuanto, al matrimonio igualitario debe agregarse que la iniciativa pretende permitir acceso a la donación de esperma para parejas lesbianas, facilitar la nacionalización del esposo (a) y la adopción conjunta.
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