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La marca personal es el factor clave en el desarrollo de la carrera profesional del abogado.

La marca personal define tu posicionamiento, te convierte en profesional competente en Derecho, genera deseo y voluntad en quien la tiene, ayuda al autoconocimiento, nos hace más auténticos, entre otras.

7 de julio de 2017

En una columna publicada hoy, el periodista jurídico español, Luis Javier Sánchez, cita a Francesc Domínguez, uno de los pioneros del Marketing jurídico, quien señala que “todo el mundo tiene marca personal, es la huella que dejamos en los demás, es lo que significamos, es el factor clave en el desarrollo de la carrera profesional del abogado… y de cualquier profesional”.
También, a su juicio, la deficiente gestión suele motivar el estancamiento de las carreras profesionales, de personas competentes que no saben ser lo suficientemente “especiales”, atractivas en el mercado, perdiendo empleabilidad o capacidad de captación de nuevos o mejores clientes.
Domínguez afirma, además, que el principal objetivo a la hora de crear una marca personal tiene que ser ubicarme en el mercado como yo quiero, entregando luego algunas razones para que el abogado gestione su marca personal:

1.- Es algo muy valioso

Es nuestra reputación, imagen o credibilidad, la percepción que los demás tienen de nosotros, tanto en el mundo offline como en el online. La percepción es lo que nos hace o nos deshace en el mercado, por eso hay que gestionarla.

2.- Define tu posicionamiento

La marca personal es posicionamiento, el lugar que queremos ocupar en la mente de los clientes potenciales, donde se deciden las contrataciones de abogados.  Una marca personal potente también es sinónimo de utilidad, fiabilidad e influencia.

3.- Te convierte en profesional competente en Derecho: es esencial

Si soy competente, tengo la base para poder ser también “especial”, atractivo, en el mercado. Por eso hay que gestionar la marca personal. La base de una buena marca es, obviamente, la calidad y la competencia técnicas.

4.- Genera deseo y voluntad en quien la tiene

La mayoría de abogados no tienen una marca personal fuerte porque carecen de deseo, voluntad, constancia y método para conseguirla. La prueba es el paso de los años y la ausencia de marca personal fuerte en la inmensa mayoría de profesionales, lo que suele llevarlos a competir en honorarios.

5.-Ayuda al autoconocimiento

Actuamos sin suficiente reflexión en cuestiones de marketing personal: la mayoría no tenemos paciencia para esto, autoconocernos y mejorar, mediante formación en habilidades, antes de actuar. Confundimos la táctica (las acciones) con la estrategia. Nos lanzamos a comunicar y comunicar sin hacer previamente lo esencial. La acción sin reflexión y preparación previa (formación) sirve de poco.

6.- Mejora nuestra percepción de los demás

Solemos desconocer cuál es nuestra percepción en el mercado y eso es, ni más ni menos, un factor clave que explica el estancamiento de las carreras profesionales. La gente y las empresas contratan según sus percepciones, valores y emociones.

7.- Nos hace más auténticos

Hay que ser genuinos, auténticos, mostrarnos como somos, no obstante, la gestión de la marca personal implica un ejercicio de transparencia limitada, comunicando lo más “vendible” del profesional, sus puntos fuertes, aquello que le hace más atractivo para los clientes potenciales a los que se dirige.

También es una manera mejor de ganarnos la confianza de los clientes potenciales, que buscan autenticidad, empatía, confianza y tranquilidad.

8.- Mejora nuestra coherencia

Una marca es necesariamente coherente a lo largo del tiempo con sus valores. Por eso hay que gestionar, con rigor y método, la marca personal. Ahora gracias a las redes sociales uno puede promocionarse. No obstante, hay que estar presente, pero no a cualquier precio ni con cualquier contenido y, mucho menos replicando lo que otros han dicho.

9.- Incrementa nuestra visibilidad

Con la gestión adecuada a través del correspondiente Plan de marca personal también generaremos más confianza en la sociedad, más allá de los límites de nuestros contactos y clientes actuales, que podremos ampliar. Por eso es imperioso ganar visibilidad, eso sí, con mesura, porque una sobreexposición, máxime difundiendo contenidos poco relevantes, puede acabar haciendo perder valor a nuestra marca.

10.-Es algo nuestro que no podemos delegar en nadie

La gestión de la marca personal solo depende de uno mismo y si no nos responsabilizamos de ella, nadie lo hará. Si en nuestro despacho no nos forman o no nos forman como quisiéramos, busquemos la formación adecuada.  Se trata de optimizar el tiempo que se invierte desde la eficiencia.

Finalmente, Domínguez indica que “si en nuestro despacho no nos ayudan a gestionar nuestra marca personal, algo que puede pasar, tampoco pongamos excusas: gestionémosla, con independencia de nuestra edad y de la trayectoria profesional que hayamos tenido o que esperemos tener. Nuestra marca personal es nuestro “seguro de vida profesional”.

 

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