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Ciudadanos suizos ratificaron ley sobre juegos de apuestas y rechazaron iniciativa de «Moneda plena».

El miedo a una «censura» en internet y la movilización de jóvenes políticos no fueron suficientes para derrocar la Ley Federal sobre los Juegos de Dinero (LJD) que obtuvo más del 72% de los votos en el escrutinio de este domingo.

11 de junio de 2018

En una reciente publicación del medio suizo online swissinfo.ch se informa que la ciudadanía suiza acudió este domingo a las urnas para decidir con su voto la imposición -o no- de un freno a las apuestas por Internet y una restricción para que el Banco Nacional Suizo (BNS) sea el único que emita moneda.
Así, el pueblo suizo decidió que “sí” a la nueva legislación sobre los juegos de azar, por lo que ruleta, black jack, póker son solo algunos de los juegos que los casinos suizos podrán ofrecer también ‘online’ al entrar en vigor la Ley Federal sobre los Juegos de Dinero (LJD), aprobada en septiembre de 2017 por el Parlamento.
Así,  será preciso obtener una autorización, que se concede con condiciones precisas, pero de haberse votado  “no”, habrían quedado bloqueados los accesos a cualquier oferta de juego de azar que careciera de concesión federal.
«Este claro “sí”  a la LJD muestra «el apego de los suizos al modelo actual», dijo Jean-Luc Moner-Banet, director de la ‘Loterie Romande’. Los ciudadanos transmitieron el mensaje de que quieren juegos «modernos y socialmente responsables».
«Estábamos esperando un voto positivo, pero no un sí de tal magnitud», continuó Moner-Banet al recordar que «esta es la tercera vez en 20 años que el pueblo dice que quiere juegos de dinero que sean atractivo y de utilidad pública”.
«Está feliz de que el dinero no signifique todo en política. La democracia suiza no debe ser influenciada por medios financieros de más que dudosos antecedentes», dijo por su parte a la radio pública suiza (RTS) Jean-René Fournier, presidente de la ‘Loterie Romande’.
La idea de la LJD es mantener el mercado de los juegos de dinero regulado y controlado por el Estado, permitiendo al mismo tiempo adaptar la oferta a los tiempos actuales.
En aplicación del artículo 106 Enlace externo de la Constitución Federal, aprobado por el pueblo y los cantones en 2012, la LJA garantiza que el producto de los juegos de dinero se destine a los seguros de vejez, supervivencia e invalidez (AVS/AI) y a entidades de utilidad pública, culturales, sociales y deportivas.
El elemento que concentró la hostilidad de los adversarios a la LJD es el bloqueo que establece de las plataformas extranjeras que ofrecen juegos de azar, una medida considerada por sus detractores como “la censura estatal de Internet” y un “aislamiento digital”.
Solamente uno de sus argumentos realmente preocupaba a los votantes, el de la llamada “censura de Internet”. Pero eso no fue suficiente, decían los encuestadores.
Los defensores de la ley, sin embargo, tenían tres argumentos: evitar que el dinero se vaya al extranjero, mantener los impuestos derivados en Suiza y el hecho de que el referéndum fue parcialmente respaldado por fondos de compañías extranjeras de juegos en línea.

 

La iniciativa «Moneda plena»

«Arriesgada» y «cara»: argumentos de los adversarios de la iniciativa ‘moneda plena’, que sumarían el 54% de los votantes.

Por su parte, la iniciativa popular que reformaría radicalmente el sistema monetario suizo sería rechazada.
La iniciativa «Moneda plena» proponía una reforma global del sistema monetario mediante una modificación sustancial del artículo 99 de la Constitución Federal. En el futuro, la emisión de dinero –monedas, billetes y también dinero escritural- hubiera estado reservada exclusivamente a la Confederación por medio del Banco Nacional Suizo (BNS). Al mismo tiempo, la moneda escritural al ser emitida por el Banco Central pasaría a ser un medio de pago legal.
Por el contrario, los bancos comerciales no podrían ya emitir moneda escritural, sino solo prestar dinero que previamente hubiera sido puesto en circulación por el Banco Central. Esa conversión se haría posible gracias a la concesión, por parte del BNS, de préstamos equivalentes a los bancos, que deberían ser reembolsados en un periodo transitorio “razonable” (de 15 a 20 años).
¿Qué ventajas tendría el sistema de moneda plena?
Para los promotores de la iniciativa, con el nuevo sistema el franco sería la moneda más segura del mundo y Suiza se encontraría al abrigo de muchas crisis financieras. Los bancos ya no podrían crear moneda “de la nada”, lo que reduciría las inversiones arriesgadas y la plaza financiera se haría más sólida, fiable y, por lo tanto, más competitiva. Como se ataca el problema en su raíz, los bancos ya no tendrían que someterse a una regulación enojosa y el Estado tampoco se vería obligado a intervenir para salvarlos.
También los clientes se beneficiarían de un sistema más transparente y seguro. Sus cuentas de transacciones de pago estarían cubiertas al 100% por la moneda del BNS. Los bancos tendrían que administrarlas fuera de su propio balance de cuentas y, por lo tanto, ya no formarían parte de los activos de una eventual quiebra. También disminuiría así el riesgo de “pánico bancario” y de “cola ante la ventanilla”.
Además, la Confederación, los cantones y los ciudadanos se beneficiarían del nuevo sistema monetario. La distribución de los beneficios sustanciales a partir de la creación de dinero serviría para reducir los impuestos y la deuda o para financiar infraestructuras públicas e instituciones sociales. Según los promotores de la iniciativa, el BNS podría también devolver a la comunidad unos 300 millones de francos, derivados del reembolso de los préstamos concedidos a los bancos comerciales para convertir la moneda escritural en moneda plena.
Asimismo, la reforma aprovecharía también a la economía real, ya que el dinero empleado para financiar infraestructuras permitiría contratar a numerosas empresas y crear empleos. Los bancos no podrían ya emitir su dinero y por tanto no gozarían de más ventajas competitivas injustificadas si lo comparamos a otros sectores de la economía. Hoy día, una gran parte de la moneda escritural nutre las finanzas especulativas en lugar de converger en la economía real.

¿Por qué el Gobierno y el BNS fueron partidarios de rechazar la iniciativa?

El Consejo Federal reconoce la importancia de una plaza financiera estable pero considera que ese objetivo se puede alcanzar gracias a las nuevas normas internacionales, empezando por las del Comité de Supervisión Bancaria de Basileay la nueva regulación nacional sobre fondos propios  para los bancos de importancia sistémica (Too big to fail). Para el gobierno el sistema de la moneda plena supone un salto en el vacío, ya que hasta ahora ningún otro país ha adoptado un sistema similar. La implementación de la iniciativa supondría una reorganización en profundidad y sin precedentes del sistema monetario, exponiendo a Suiza a graves riesgos y costes potencialmente altos.
Las incertidumbres jurídicas ligadas a las consecuencias de la reforma podrían socavar la credibilidad de la política financiera suiza, que hasta ahora ha destacado internacionalmente por la estabilidad de sus condiciones marco. La plaza financiera suiza se encontraría entonces en desventaja respecto a la competencia, y pondría en peligro el futuro de muchos bancos y numerosos empleos.
Además, la reforma limitaría notablemente las actividades comerciales de los bancos. Con la prohibición de emitir moneda escritural se reducirían los recursos disponibles para la concesión de créditos, de los cuales los bancos obtienen una fuente estable de financiación.
Para compensar las pérdidas de rentabilidad, los bancos se verían obligados a imponer mayores costes de gestión y comisiones más elevadas a sus clientes. La disminución del volumen de crédito tendría consecuencias negativas para las empresas y, por lo tanto, para la economía real.

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