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Se imponen sin autorización ni supervisión judicial.

Amnistía afirma que restricciones de viajar arbitrarias y abusivas vulneran derechos humanos en Túnez.

Desde 2013, afirma el organismo, el Ministerio del Interior tunecino ha impuesto restricciones de circulación a casi 30.000 personas en virtud de las «medidas S17» de control de las fronteras.

25 de octubre de 2018

Amnistía Internacional afirma en un informe que las restricciones de viajar introducidas por las autoridades tunecinas en nombre de la seguridad se están imponiendo con frecuencia de forma arbitraria, discriminatoria y extrema, burlando derechos humanos fundamentales.
Desde 2013, asegura, el Ministerio del Interior tunecino ha impuesto restricciones de circulación a casi 30.000 personas en virtud de las “medidas S17” de control de las fronteras. Estas medidas no son públicamente accesibles y carecen por completo de vigilancia judicial.
En este informe llamado “They never tell me why”: Arbitrary restrictions on freedom of movement in Tunisia, Amnistía Internacional describe los casos de al menos 60 personas a las que se ha impedido ilegalmente viajar al extranjero o circular dentro de Túnez entre 2014 y 2018. En el informe se describen con detalle los devastadores efectos que han tenido estas medidas en la vida diaria de las personas afectadas, impidiendo a muchas de ellas trabajar, estudiar o llevar una vida familiar normal.
“La arbitrariedad y discriminación con que se están aplicando las medidas S17, sin autorización judicial previa, vulneran los derechos humanos de cientos de personas”, manifestó Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
Añadió que “no cabe duda de que impedir los ataques armados contra civiles dentro y fuera del país debe ser prioritario para las autoridades tunecinas, pero dar libertad absoluta a la policía para imponer restricciones ilícitas y generalizadas a cientos de personas sin supervisión judicial es un error, y no elimina las amenazas para la seguridad de Túnez”.
Asimismo, en su informe, Amnistía describe cómo se han aplicado selectivamente las medidas S17 contra personas por sus supuestas convicciones religiosas o su apariencia física —como hombres con barba o mujeres con el niqab—, o por tener en su haber condenas relacionadas con actividades de grupos islámicos anteriormente prohibidos. En todos los casos, las medidas se impusieron sin autorización judicial y sin existir pruebas que relacionaran a las personas afectadas con actividades delictivas o con grupos armados.
“Las actuales medidas de control de las fronteras restringen el derecho a la libertad de circulación, no tienen base jurídica alguna y no pueden justificarse como necesarias o proporcionadas. Vulneran tanto las obligaciones internacionales de Túnez en materia de derechos humanos como la propia Constitución nacional”, afirmó Heba Morayef.
Luego, el organismo detalla que las medidas S17 se adoptaron en 2013 como parte de un plan nacional para combatir el terrorismo. Las autoridades aseguran que estas medidas tienen por objeto impedir que personas sospechosas de asociación con grupos yihadistas se incorporen a grupos armados en el extranjero, como el autodenominado Estado Islámico en Siria, así como vigilar los movimientos de quienes han regresado de zonas de conflicto.
Sin embargo, la investigación de Amnistía Internacional demuestra que, en al menos 37 casos documentados desde 2016, estas restricciones se han impuesto arbitrariamente a personas para impedirles desplazarse entre ciudades tunecinas. Se prohibió salir del país sin justificación alguna a 23 personas como mínimo.
Las medidas S17, arguye el organismo, se imponen sin autorización ni supervisión judicial. Los criterios para cursar una orden S17 no se hacen públicos, y la persona afectada no recibe una notificación por escrito o una justificación clara de la decisión. Como consecuencia de esa falta de información acerca de los motivos de imposición de las medidas S17, las personas afectadas a menudo no pueden impugnarlas ante un tribunal ni buscar justicia y reparación por las violaciones de derechos humanos que han sufrido.
La directora aseveró que “al dejar exclusivamente en manos del Ministerio del Interior la decisión de imponer medidas de control sin una supervisión judicial efectiva, las autoridades tunecinas están permitiendo su uso indebido”.
“Urge adoptar reformas que impidan la imposición arbitraria de las medidas S17 sin aprobación judicial”, puntualizó.

 

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