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Imagen: Radio Duna
Resumen de la situación actual.

¿Qué países han legalizado el suicidio asistido?

En la última década, un número cada vez mayor de países y tribunales han permitido el suicidio médicamente asistido.

20 de septiembre de 2022

El primer caso de suicidio médicamente asistido en Italia es el de un italiano de 44 años que llevaba 12 años inmovilizado, tras un accidente, después de que el Tribunal Constitucional abriera la puerta a esta práctica en 2019.

El último estado federal de Australia en autorizar el suicidio asistido ha sido Nueva Gales del Sur. La ley se votó en mayo y cuando entre en vigor —algo que podría tardar unos 18 meses— las personas adultas con enfermedades incurables podrán acabar con su vida de manera legal también en este país.

También recientemente se dictó en Colombia un fallo por el Tribunal Constitucional para autorizarlo, siendo el primer país de América Latina en el que se regula.

En Europa está institucionalizado para las personas que padecen enfermedades incurables en algunos países.

Austria adoptó esta medida después de que en 2020 el Tribunal Constitucional dictaminara que prohibir el suicidio asistido iba contra el derecho a la autodeterminación, aunque la ley limita el acceso a esta práctica a las personas mayores de 18 años.

A pesar de la fuerte oposición de los partidos de derecha y de la Iglesia, en España también se legalizó el “derecho a morir” el año pasado. Y, al legalizar también la eutanasia activa directa, ha ido aún más lejos.

En la actualidad diez países permiten el suicidio asistido. Además de en España, la eutanasia activa directa está permitida en los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, Canadá y Colombia.

Sin embargo, las personas que desean acabar con su vida se enfrentan a muchos obstáculos antes de poder beneficiarse de esta ayuda. En la mayoría de los países en los que el suicidio asistido está permitido, este se limita a las personas adultas que padecen una enfermedad incurable. Solo los Países Bajos y Bélgica contemplan el “derecho a morir” también para las personas menores de 18 años.

Asimismo, el suicidio asistido está muy limitado en casos de enfermedad mental. Y es que un trastorno mental no se considera como una enfermedad que amenaza la vida. Por lo que, en muchos países, la capacidad de discernimiento es una condición previa para el suicidio asistido. Canadá será uno de los pocos países que —a partir de 2023— permitirá el suicidio asistido también a las personas con enfermedad mental.

Esta tendencia la han alimentado las campañas a favor del “derecho a morir” y la opinión pública. Una encuesta realizada en España dos años antes de su legalización mostró que —a pesar del fuerte componente católico del país— la mayoría de las personas estaban a favor del suicidio asistido.

No obstante, el suicidio asistido y la eutanasia activa directa siguen siendo tabú en la mayoría de los países.

El pasado mes de noviembre, el Parlamento de Portugal aprobó una ley que legaliza el suicidio asistido para las personas con enfermedades terminales y discapacidades físicas graves. Sin embargo, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa vetó la ley. El Parlamento entonces adoptó un nuevo proyecto para legalizar la eutanasia activa directa, pero tardará algún tiempo en aplicarse.

La oposición de las Iglesias sigue siendo fuerte. A principios de febrero, por ejemplo, el papa Francisco condenó el suicidio asistido como una desviación inaceptable de la ética médica.

Esta cuestión —por razones religiosas o culturales, sobre todo— es aún menos accesible en los países asiáticos y árabes.

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