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Espacio Público presentó Informe de Seguridad Pública Aumento del delito y percepciones: dimensionando tendencias recientes.

El aumento de homicidios no es homogéneo a nivel regional, existiendo diferencias enormes entre la que cuenta con una tasa más alta (Arica y Parinacota) y la más baja (Magallanes), dando cuenta de una tendencia a que las más altas se concentren en el extremo norte y, en cambio, las más bajas, en el extremo sur.

16 de enero de 2024

El centro de estudios Espacio Público presentó el Informe de Seguridad Pública Aumento del delito y percepciones: dimensionando tendencias recientes, que corresponde al informe de seguridad y que fue elaborado por los directores Patricio Domínguez y Mauricio Duce, junto al investigador Raúl Fugellie.

El documento analiza las tendencias recientes en seguridad, percepción y victimización, para lo cual revisa y pone en perspectiva los últimos datos de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), como así también estudios de diferentes organismos públicos centrados en homicidios y secuestros.

El informe, sin perjuicio de la introducción y de las conclusiones, desarrolla tres capítulos que se refieren a la visión actualizada sobre la victimización, a las percepciones sobre la delincuencia y a la mirada respecto de los delitos de homicidio y secuestro.

Sobre la victimización, señala que, de los resultados de la ENUSC del año 2022 dan cuenta de un aumento importante de la victimización de hogares de un 16,9 % del año 2021 a un 21,8 % el 2022, cuya tasa no sólo aumentó respecto de los hogares que han sido victimizados, sino que también se replica en la victimización de personas, la que aumenta de un 5,2 % a un 7,3 %. Considerando ambos indicadores se trataría de un incremento entre 30 % y 40 % respecto al año 2021.

Sin embargo, advierte que este incremento debe entenderse en el contexto especial que generó la pandemia y que afectó de manera significativa a las tasas de victimización los años 2020 y 2021, pues en ambos años se producen los niveles de victimización más bajos de la serie.

De ahí que, lo mas acertado fue comparar no con el año 2021, sino con la realidad del año 2019, que fue antes de la pandemia, para lo cual revela que la subida del porcentaje de victimización de hogares todavía se encuentra por debajo de la tasa del año 2019 (23,6 %) y, por cierto, aún más baja que la de los años anteriores. Algo similar ocurre tratándose de la victimización personal (9,0 % del año 2019 vs. 7,3 % el 2022).

Respecto a la percepción de la delincuencia, señala que, uno de los aspectos que más ha llamado la atención en el debate público a partir de los resultados de la ENUSC ha sido el alto porcentaje de la gente que estima que la delincuencia aumentó el año 2022, llegando a un 90,6 %, mostrando un incremento constante desde el año 2018. Es decir, la percepción de aumento de la delincuencia es extremadamente alta en el país durante todo el período.

En cuanto a los delitos de homicidio y secuestro, advierte que, contrario a lo que se podría intuitivamente creer, hasta julio de este año no existía una información estatal unificada. Diversas instituciones manejaban datos, por ejemplo, las policías y el Ministerio Público, no calzando entre ellos y, en ocasiones, con algunas diferencias de importancia que sorprendían a un lector que no conocía bien al sistema de justicia penal chileno.

No obstante lo anterior, indica que de acuerdo a los datos disponibles se evidencia una tendencia al aumento de los homicidios consumados en el país cada 100 mil habitantes desde 2018: de 4,5 el 2018 a 6,7 el 2022. Se trata de un incremento cercano al 50%, con una tendencia paulatina al alza.

Lo anterior, sin perjuicio de que Chile todavía se encuentra en una buena posición respecto a otros países de la región, incluso aquellos que presentan indicadores socio-económicos y de calidad de democracia similares a los nuestros: Uruguay contó con una tasa de 10,8 y Costa Rica habría superado las 12 en 2022.

Al margen de lo anterior, observa que, el aumento de homicidios no es homogéneo a nivel regional, existiendo diferencias enormes entre la que cuenta con una tasa más alta (Arica y Parinacota con 17,1) y la más baja (Magallanes con 2,2), dando cuenta de una tendencia a que las más altas se concentren en el extremo norte y, en cambio, las más bajas, en el extremo sur.

Por otra parte, las cifras muestran un aumento en el uso de armas de fuego como mecanismo de ejecución de los homicidios (de un 42 % el 2018 a un 53,9 % el 2022) y un incremento en la comisión de estos delitos en la vía pública (de un 50,7 % el 2018 a un 64,1 % el 2022) en desmedro de los domicilios particulares (de un 27,9 % el 2018 a un 20,4 % el 2022).

Este cúmulo de antecedentes mostraría cambios relevantes en la forma en que este delito se comete en el país, lo que ha llevado a varios actores a sostener que estos patrones sugieren un incremento de los homicidios como consecuencia de la mayor presencia de organizaciones criminales en el territorio nacional.

Respecto a los secuestros, manifiesta que se está en presencia de un escenario preocupante, por cuanto, de acuerdo a lo informado por el Ministerio Público y por la PDI, luego de un período bastante estable en los ingresos entre los años 2012 a 2017, los años 2018 y 2019 comienzan un incremento significativo de los casos, el que es interrumpido por los años de la pandemia, pero luego recuperado e intensificado el año 2022. En números absolutos, si al año 2017 había 381 ingresos a la Fiscalía por secuestros, el año 2022 esa cifra aumentó a 826. La Fiscalía ha señalado que el aumento entre 2021 y 2022 sería de un 68 % (de 492 a 826 ingresos). Si se compara con el año 2019, en cambio, se trataría de un aumento de 46 % (de 564 a 826 ingresos).

A modo de conclusión, señala que existe un deterioro de las condiciones de seguridad en el año 2022 y proyectan un año 2023 en el que dicho fenómeno debiera repetirse (no sabemos con precisión en qué magnitud todavía). Esto se produciría especialmente tratándose de los delitos de homicidios y secuestros y en algunas categorías de delitos de mayor connotación social que mide la ENUSC (pero no en todos).

Finalmente, destaca que, a diferencia de años anteriores, ha habido una clara mejora en la disponibilidad de datos en materia de homicidios y, en alguna medida menor, en materia de secuestros, cuya herramienta es importante, ya que para desarrollar políticas públicas que puedan lidiar efectivamente con dichos fenómenos criminales supone partir de la base de esa información.

 

Vea informe de Espacio Público.

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