Cartas al Director

Política maquiavélica.

Felipe Rivera

29 de abril de 2021


“Los hombres tienen menos consideración en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga temer”, Nicolás Maquiavelo.

Nuestro país pasa por una de las crisis políticas más severas de su historia, la cual ha generado conflictos entre los poderes del Estado, desconfianza en las instituciones públicas, desapego de la norma suprema y decadencia del dialogo democrático.

Lo que se tiende a hacer siempre ante estas situaciones, es buscar a los culpables que ocasionaron la crisis política, vale decir, se intenta configurar un escenario en donde existen buenos versus malos, santos versus demonios. Esta relación dicotómica en la actividad política ya ha sido analizada siglos atrás, específicamente por los clásicos, aportando interesantes reflexiones.

El filósofo político y escritor italiano Nicolás Maquiavelo, en su obra “El príncipe”, publicada en 1531, se refería a la temática sosteniendo que existen cosas por las que los hombres (los gobernantes) pueden ser alabados o censurados, vale decir, ser respetados por la ciudadanía o despreciados. Maquiavelo distinguía variadas cualidades posibles en un gobernante: así, el uno es tenido por liberal y el otro como miserable; uno es considerado dadivoso y el otro rapaz; uno cruel y otro compasivo; uno desleal y otro fiel; uno pusilánime y otro valeroso; uno humano y el otro soberbio; uno lascivo y el otro casto; uno sincero y el otro astuto; uno duro y el otro flexible; uno grave y el otro ligero; uno religioso y el otro incrédulo.

En la política chilena ocurre algo parecido; las ideas de un sector político se entiende como buenas y los otros ideales como malos ante la sociedad. En lo concreto: si apoyas las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno eres un buen aporte, si las críticas, no ayudas a superar la pandemia; si apoyas el impuesto a los súper ricos eres un justiciero social, si lo rechazas, eres un privilegiado defensor de los millonarios; si estas a favor de los retiros de fondos de pensiones tienes conciencia social, si estas en contra, no tienes sensibilidad social, y así son múltiples los casos.

Lo negativo de esta dicotomía política es que le damos gran importancia a categorizar entre buenos y malos gobernantes, pero olvidamos las razones y argumentos que llevan a pensar y actuar de una determinada manera en la vida política. No todo es bueno o malo, blanco o negro, de extremo a extremo. Parafraseando a Maquiavelo: un hombre (gobernante o político) que en todas las cosas quiera hacer profesión de bueno entre tantos que no lo son, no puede llegar más que al desastre.

 

Felipe Rivera

Columnista del Diario Constitucional

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  1. Excelente comentario, en relación al comportamiento del ser, siempre será extremo, negro o blanco, la levedad del ser, podemos nombrar muchos adjetivos o frases que nos indican la verdadera conducta del ser humano. Pensamos y actuamos con la emoción, no podemos ser objetivos, será posible que influya en nuestras mentes la geografía, el medio , el clima ? puede ser que tantos factores externos nos afecta el ser como pensante. Es difícil colocar en un cuadro comparativo a cada espécimen. Somos tan vulnerables e inestables psicológicamente. Creo, que el individuo sea en Chile u otro lugar del planeta, esta atrapado mentalmente en un trance de incertidumbre, de impotencia , rabia, y se nos hace difícil colocar en la balanza nuestras convicciones, definiciones y decisiones propias , siendo, mas nosotros mismos. Para aliviar estos pesares usamos para liberarnos de estas emociones, solo eufemismos en la redes sociales .Vía de escape ?? De culpar a un tercero , esto esta en nuestro ADN . Somos los conductores de tener los gobernantes que elegimos. Y judas por tradición. Sea en Politica o en la vidad común.