Entrevista

Asamblea Constituyente, parlamentarismo, enfoque territorial, derechos sociales.

Camila Cáceres, candidata a constituyente por el Distrito 8 del Partido Humanista: «El rol de la sociedad es fundamental si queremos legitimar la nueva Constitución, y para esto es fundamental disminuir al máximo la participación de quienes defienden el actual sistema a través de la elección de constituyentes que cumplan el rol de una vocería ciudadana».

Camila atribuye el origen de la violencia (cualquiera sea) en la estructura del sistema actual que mal distribuye el poder y determina valores y principios de acción para que éste funcione.

11 de mayo de 2021

Por Elke von Loebenstein M.

En una reciente entrevista realizada a Camila Cáceres, candidata a constituyente por el Distrito 8 del Partido Humanista, quien plantea que si queremos construir un Estado que logre llegar a todos y todas, es fundamental transformar el poder y la estructura incorporando nuevos valores y principios que inspiren la política pública, las leyes, las normas y la costumbre como: horizontalidad, equidad, participación y vinculación, cooperación y afectos.

 

¿Qué tan cierto es que la redacción de una nueva Constitución será “de cero”?

No es cierto. Primeramente, porque las bases de la Convención Constitucional zanjadas en el falso Acuerdo de Paz del 15 de noviembre del 2019 por los partidos hegemónicos (Oficialismo, Sectores del Frente Amplio como RD entre otros) que sin ninguna legitimidad social, decidieron solucionar la crisis política que exigía la revocación de Sebastián Piñera y un cambio de constitución por el mecanismo de Asamblea Constituyente. Ejemplo de esto ha sido el rechazo de la ciudadanía a los partidos políticos, pero principalmente es la evidencia de que, la apertura de un proceso constituyente (sin la verdadera participación ciudadana) no logró avanzar en la solución de la crisis política. Por el contrario, acentuó aun más la crisis de la democracia representativa y el modelo de Estado.

Ligado a lo anterior, la oportunidad que los defensores del actual sistema puedan entrar a través del actual sistema de elecciones, visibiliza los acuerdos “cocinados” esa noche de noviembre del 2019. Ganará quien tenga las mejores estrategias propagandísticas y mayores recursos en un proceso de campaña para visibilizarse más que el resto en una sociedad sin educación cívica y en un sistema que privilegia los sectores hegemónicos.

Por otro lado, el hecho de que el sistema de elección de los miembros de la convención sea una copia de la elección de diputados también lo demuestra. Esto se traduce en que solo basta ⅓ de sus miembros para frenar cualquier propuesta o reforma.

Una verdadera partida desde cero sería una Asamblea Constituyente, que hemos venido impulsando desde el origen del Partido Humanista en los años 80, y donde el Centro de Estudios Humanistas propuso el mecanismo y la estructura de la Asamblea Constituyente que fue abrazada por distintas organizaciones sociales y territoriales, incluyendo Unidad Social.

¿De qué manera concibe usted el rol de la sociedad en este proceso?

El rol de la sociedad es fundamental si queremos LEGITIMAR la nueva Constitución, y para esto es fundamental disminuir al máximo la participación de quienes defienden el actual sistema a través de la elección de constituyentes que cumplan el rol de una vocería ciudadana. Por el contrario, si estas intenciones llegan a la Convención, corremos el riesgo de que se estanquen todas las transformaciones profundas que necesitamos.

La sociedad hoy en día exige transparencia por parte de los representantes, pero también exige participación y vinculación en la toma de decisiones. “Nadie me representa, si son todos iguales” dicen en los barrios. Por lo mismo, si esperamos que la nueva Constitución tenga durabilidad y efectividad es fundamental LEGITIMAR el proceso a través de los mecanismos de vinculación territorial- institucional.

Es importante mencionar, además, que si la sociedad no ve reflejado un camino a la solución de sus problemas (entendiendo que nuestro rol constituyente es dar el marco para que estos problemas se solucionen), se generará frustración y RESENTIMIENTO, lo que nos conduce sin dudas a la violencia. Esto podría agudizar aún más la crisis política y socio-sanitaria.

En el corto plazo, como sociedad debemos hacer dos cosas, de manera responsable: primero, llenar las urnas el 15 y el 16 de mayo y segundo, mantener encendida y alerta la organización y la manifestación popular para la legitimación de la nueva Constitución.

 

Considerando que usted tiene una trayectoria en la que ha mostrado preocupación por los derechos sociales y la justicia social. ¿Qué aspectos puntuales aportará como miembro de la Convención Constituyente?

En política he planteado desde siempre que las formas son tan importantes como el fondo. La mirada desde la Política de los Afectos y el enfoque multidimensional de las problemáticas asociadas a la pobreza y vulnerabilidad, me ha permitido comprender de forma distinta la discusión que daremos en la Convención.

El origen de la violencia (cualquiera sea) radica en la estructura del sistema actual que mal distribuye el poder y determina valores y principios de acción para que éste funcione. Bajo las lógicas de competencia, verticalidad, punitivismo y otros, siempre existirán sectores asociados a la “perdida”, “fracaso”.

Si queremos construir un Estado que logre llegar a todos y todas, es fundamental transformar el poder y la estructura incorporando nuevos valores y principios que inspiren la política pública, las leyes, las normas y la costumbre como: horizontalidad, equidad, participación y vinculación, cooperación y afectos.

Digo afectos, porque si esperamos que la sociedad sea activa en la toma de decisiones políticas los buenos tratos y el aspecto emocional de los seres humanos debe ser considerado para sostener la participación en los diversos espacios-

Además, es fundamental asegurar la mayor cantidad de derechos sociales posibles. Entendiendo que parte de los convencionales se opondrán a los derechos sociales para resguardar sus privilegios.

 

Como activista feminista, ¿ qué aspectos nuevos debe considerar la nueva Constitución? Adicionalmente a lo expresado y a las demandas históricas que, sin duda, son centrales para la sociedad, como pensiones, salud, educación, vivienda ¿qué otros temas deberían ser considerados en la elaboración de una constitución moderna?

Entendiendo que el feminismo es un enfoque, una forma de ver el mundo con “lentes violetas” como diría Nuria Varela, y no un pro “vaginismo”. La constitución debiera inspirarse en considerar la mayor cantidad de actores sociales que han sido históricamente invisibilizados y entregar los cimientos para su incorporación digna dentro del marco institucional.

Por ende es fundamental zanjar: a) la comunidad, consanguínea o no, y su hábitat como centro del sistema, que permita el resguardo y el buen vivir de todos los seres sintientes que habitan en el territorio; b) Valoración y resguardo de todos los roles de la comunidad (domésticos, artísticos, etc.) para sostén del sistema c) multidimensionalidad en la elaboración del derecho social e instrumentos para tener el mayor alcance social posible.

 

¿Qué tipo de sistema de Gobierno propone?

En el mundo existen muchos tipos de gobiernos, y cada sistema tiene mejores y peores intentos, donde todavía no se encuentra el sistema perfecto. Es por esto que considerando este momento histórico que nos tiene aquí, no debemos temer en avanzar a sistemas democráticos participativos y vinculantes.

Concretamente, esperamos un gobierno parlamentarista y unicameral, con un sistema político fuertemente participativo y vinculante, donde la institucionalidad y la ciudadanía trabajen de forma cooperativa. Para lograr esto, los mecanismos de participación deben ser estudiados, ejecutados y evaluados, preferentemente de forma simultánea a través de, por ejemplo, la metodología de la investigación- acción, entendiendo que, los cambios en su eficacia y eficiencia, tienen un carácter urgente.

Además, creemos que son los territorios y las regiones quienes deben tener el protagonismo en este nuevo proceso de transformación y, así, avanzar hacia la superación de la pobreza y vulnerabilidad social atendiendo las particularidades de dichos territorios.

 

¿Cuál es el rol del Estado? ¿Debe haber un Estado social o subsidiario?

El rol del Estado debe tener un enfoque territorial, entendiendo que cada territorio al ser único e irrepetible enfrenta las problemáticas nacionales de múltiples maneras. Por lo mismo, creemos en un Estado Regionalizado, Plurinacional y Cooperativo garante de derechos sociales básicos y fundamentales (salud, educación, vivienda) que contribuyan a construir una vida digna en Chile.

Esperamos que sea un promotor de autonomía de los territorios y cooperación entre estos, para superar la particularidad que en ellos se vive, donde los poderes del Estado se adaptan para dar soluciones reales desde una esfera nacional.

Esperamos que las regiones y los poderes del Estado permitan articulación para avanzar en un proyecto país y dar solución a los problemas territoriales. En este sentido, entendemos al Estado como un ente articulador o “vocero” entre las estructuras locales, pero también hacia la comunidad internacional. Es decir, intencionar la cooperación internacional de los pueblos, a través del ejemplo como mecanismo de resolución de conflictos, lo que se traduce en menor gasto militar y mayor ingreso para garantizar los derechos sociales.

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