Entrevista

Karina Nohales, candidata constituyente por el Distrito 10, Santiago, Providencia, San Joaquín, Ñuñoa y Macul.
Paridad de género, autonomía económica, violencia.

Karina Nohales, candidata constituyente (D10): “El feminismo lo que ha venido a plantear en las calles, es una cuestión que supera con creces la perspectiva de género, se trata de una impugnación radical a la forma en que se organiza la vida”.

La candidata afirma que «sí es fundamental que se recojan nociones centrales que ha planteado el feminismo el último tiempo, pero esto no es suficiente para hacer una Constitución feminista, sobre todo pues las constituciones regulan el  funcionamiento y el ejercicio del poder político del Estado, un Estado que sigue siendo profundamente patriarcal».

7 de abril de 2021

Por Ariel Pefaur para Diario Constitucional.

En una reciente entrevista a Karina Nohales, candidata constituyente por el Distrito 10, Santiago, Providencia, San Joaquín, Ñuñoa y Macul, abogada y vocera de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo, explica la diferencia entre la perspectiva de género y el feminismo que se ha venido desarrollando en el último tiempo, el problema de la infancia, el SENAME y la marginación de la niñez en Chile, entre otros temas.

 

1. En primer lugar, de forma general preguntarte ¿cómo llegamos a este momento y proceso constituyente?

Hola, gracias por la invitación. Sin duda llegamos a este proceso a través de una revuelta popular y un estallido social, que hablita en tres semanas una transformación que era demandada hace cuarenta años, poner fin a una Constitución que nace en dictadura.

Sin embargo, es un proceso contradictorio. No alcanza a responder de forma plena a ninguno de los sectores que se encontraron en conflicto en este momento de polarización social tan importante que fue el estallido social, es un proceso que emerge formalmente de un acuerdo firmado entre varios partidos del parlamento, y muchos de estos partidos nunca quisieron cambiar la Constitución actual, por lo tanto no se corresponde con lo que esos sectores deseaban.

Pero al mismo tiempo, establece términos que decepcionan profundamente a los sectores populares, que exigían en la revuelta una Asamblea Constituyente, y en los términos que quedan finalmente definido este proceso tampoco corresponde con estas aspiraciones.  Por lo tanto es un acuerdo que expresa esta disputa que está en curso y que está lejos de resolverse lo que viene a plantear.

 

2. Dentro de diversas problemáticas sociales que se dan, y en el marco de este siglo XXI, ¿cómo evalúa la posibilidad, desde la Coordinadora y desde esta candidatura de escribir una Constitución feminista?

Nosotras somos una organización cuyo principal objetivo se constituye para trasnversalizar el feminismo dentro los movimientos sociales. Es decir sacar el feminismo de la política de departamento, de la política de comisión, para volverlo ineludible.

Esto lo hacemos en un contexto que caracterizamos de irrupción global de un feminismo de masas, es algo que está pasando en este mundo y este carácter ineludible que hemos desplegado en la acción política feminista de masas queda recogida hoy en la paridad.

En primer lugar, este es el primer proceso constitucional paritario del mundo. Esta paridad no supone que únicamente vayan a ingresar feministas, también van ingresar mujeres que se oponen a las demandas históricas del feminismo, mujeres anti derechos, sin embargo estas mujeres entrarán gracias a las conquistas del feminismo, pues la paridad fue una conquista feminista.

En segundo lugar, esta posibilidad de encontrarnos e incluso enfrentarnos en muchos temas con otras mujeres que piensan diferente, va ser un factor de politización muy importante para todas, porque hasta hoy nuestra vida ha sido puesta en un debate que portan los varones, por lo tanto tendremos la posibilidad de “agarrarnos” entre nosotras y sin la mediación patriarcal.

Por otro lado es complejo hablar de una “Constitución feminista”. Nosotras no lo hemos debatido como Coordinadora Feminista 8M, pero si en conversaciones de pasillo, pensamos ¿qué tendría que tener una Constitución para ser feminista?, ¿es posible que quepa el feminismo en un marco institucional tan estrecho?

Personalmente pienso que no, creo que sí es fundamental que se recojan nociones centrales que ha planteado el feminismo el último tiempo, pero esto no es suficiente para hacer una Constitución feminista, sobre todo pues las constituciones regulan el  funcionamiento y el ejercicio del poder político del Estado, un Estado que sigue siendo profundamente patriarcal.

 

3. En este sentido, ha existido una proliferación de candidaturas, que se autodenominan como “feministas” y es difícil encontrar posiciones que vayan en contra de estos “principios” ¿cuál es la diferencia entre propuestas que plantean una Constitución “con enfoque de género” a una Constitución que directamente lleve una orientación feminista principal?

Probablemente si preguntas a cualquier persona, en cualquier lugar, si está de acuerdo con la violencia de género o con que las mujeres ganen menos, van a decir que no están de acuerdo. Eso es un poco la perspectiva de género, una perspectiva que apunta a la igualdad y en la que general vamos a tener consenso incluso con sectores conservadores.

Pero en general, el feminismo lo que ha venido a plantear en las calles, a nivel masivo en estos últimos años,  es una cuestión que supera con creces a la perspectiva de género, se trata de una impugnación radical a la forma en que se organiza la vida. Y el lugar que nos toca a las mujeres en esta forma de organizar la vida. Hoy nosotras decimos, mientras exista neoliberalismo, van a existir todas las condiciones que profundizan la reproducción diaria de las violencias a las que estamos expuestas.

Pongo énfasis en las violencias, porque estas son las que nos han hecho salir a las calles, mientras no tengamos buenas pensiones, mientras no tengamos buenos salarios, es difícil lograr la autonomía económica, sin autonomía económica estamos expuestas a la violencia.

Estamos expuestas a la violencia cuando dependemos económicamente de otras personas, sin derecho a la vivienda y no tengo donde ir si me agraden en mi casa. Ese círculo de violencia se acrecienta y lo que hoy es un golpe mañana puede ser un femicidio. Así en cada uno de los derechos sociales, si vemos los territorios en que existe extractivismo están cometiendo crímenes contras las mujeres que son las principales luchadoras socios ambientales y eso ha sido aquí en Chile y en América Latina.

Entonces mientras las condiciones de precarización de la vida, frente al neoliberalismo tengan lugar, es imposible erradicar las violencias contra las que hemos levantado. Esto es una lectura política, porque las violencias no están alojadas en un lugar de manera tal que con una política pública nosotras intervenimos y se erradica. No, la violencia organiza, las formas en que hoy en día coexisten y se sostiene la sociedad.

Por otro lado, está el asunto, si vamos hablar de perspectiva de género y participación igualitaria, a nosotras no nos interesa participar en igualdad con los varones en la administración de lo que hoy existe, porque lo que hoy existe es injusto y queremos transformarlo. Nosotras no queremos una paridad que nos lleve a estar en los directorios de otras empresas.

No queremos esa igualdad de explotar a otros, al igual que lo hacen varones, no queremos igualdad para entrar a fuerzas armadas y matar o reprimir a otros. Queremos una igualdad que nos permita transformar lo que hay, y no sumarnos para administrar lo que existe junto con los varones. Esa es una diferencia gigante entre la perspectiva de género y el feminismo que se ha venido desarrollando en el último tiempo.

 

4. Finalmente, y para no dejar pasar la coyuntura, ¿cuál es su propuesta particular como candidatura, y en general desde el movimiento feminista, hacia el problema de la infancia, el SENAME y la marginación de la niñez en Chile?

 Hablar de la niñez en Chile no es sinónimo solamente de SENAME. Hay una política de violencia, una política de represión sistemática ejercida hacia la niñez pobre, y esto se hace radicalizando, como en el Wallmapu y todos los factores de clase que conocemos.

El SENAME ha sido un caso paradigmático, pues encarna un carácter no solo adulto céntrico que para nosotras es parte del carácter patriarcal de Estado, y no tan solo esto, sino que contiene el Estado subsidiario en todo su esplendor y como este Estado lejos de garantizar derechos, atenta contra los derechos.

Uno de los grandes partidos que se ha hecho un gran negocio por ejemplo es la Democracia Cristiana, con estos organismos colaboradores de SENAME, que son empresas externas, pues la tercerización de los servicios, que ocurre en todos los servicios del Estado, pero que no puede ocurrir allí donde se debiera garantizarse la protección de niñeces vulnerables, significa una privatización encubierta, “un queso gruye”. Este es el servicio y cada hoyito de este queso es un privado.

Los privados que se han hecho el gran negocio, partidos de la transición democrática, y esta precarización y política de vulneración tiene responsables, es importante decirlo y es necesario desmotar con este proceso constitucional. Este Estado subsidiario que permite entregar al negocio derechos fundamentales y sobre todo niñeces.

Y poner fin al SENAME, pero no basta con la transformación a nivel del servicio, sino que es necesario que se garantice derecho de niños, niñas y adolescentes en la Constitución, primero porque no existe y segundo, porque cuando se aborda aparecen como sujetos de protección y no como sujetos de derechos, sujetos que tienen algo que decir con sus vidas y como ésta organiza.

Nunca olvidar, porque muchas veces se habla del concepto de hoja en blanco en esta Constitución, y para los pueblos no existe hoja en blanco, tenemos historia y tenemos memoria, y la memoria que ha dejado el SENAME es una de las más brutales de lo que han sido estos 30 años de pos dictadura para niños, niñas y adolescentes que por circunstancias que no dependen de la niñez, han estado en situación de vulnerabilidad y el Estado ha venido a profundizar este abuso.

 

 

 

 

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  1. Si, sabemos que «se trata de una impugnación radical a la forma en que se organiza la vida». El problema es que, personalmente, no creo que esa transformación radical de la vida, como plantea el marxismo ortodoxo, sea aceptable para personas que creemos en la libertad. Porque si vamos a transformar la realidad, ¿se hará desde la potestad normativa del Estado, como imposición totalitaria? El mundo luchó y venció los totalitarismo en el pasado, impulsando la libertad personal como un baluarte de la dignidad del ser humano. Pretender una lucha de clases entre hombre y mujeres, importa desconocer la naturaleza misma de nuestra existencia como seres complementarios, en la que hombres y mujeres comparten la existencia para su mutuo y mejor beneficio. Además, estos movimientos tienen una base tal politizada, ideologizada y que sirven a intereses que, en su mayoría, las mujeres chilenas y en el mundo, no comparten.