No basta alegar falsedad de la publicación agraviante en internet para proceder a su eliminación si ello no ha sido debidamente probado. De lo contrario se afecta la libertad de expresión, resuelve un tribunal argentino.
La eliminación provisoria o el cese de la difusión de ciertas direcciones de internet, implica un acto de censura que interrumpe el proceso comunicacional, la concreción del acto de comunicación o, al menos, dada la importancia que reviste Google como motor de búsqueda, lo dificulta sobremanera.