Noticias

imagen: agenda.ge
Vulneró sistemáticamente los derechos humanos de los georgianos.

Rusia violó el Convenio Europeo de Derechos Humanos al militarizar frontera de Georgia con regiones separatistas, resuelve el TEDH.

Los incidentes no fueron aislados y fueron suficientemente numerosos e interconectados como para constituir un patrón o sistema (“práctica administrativa”). El Gobierno ruso no argumentó, y mucho menos fundamentó, que los incidentes que implicaron asesinatos, malos tratos, arrestos y detenciones a gran escala no habían tenido lugar.

15 de abril de 2024

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acogió la demanda deducida contra Rusia y resolvió que la ocupación y el control fronterizo de dos regiones de Georgia por parte de fuerzas militares rusas vulneró sistemáticamente los derechos humanos de los georgianos. Constató una violación de los artículos 2 (derecho a la vida), 3 (prohibición de tratos inhumanos o degradantes), 5.1 (derecho a la libertad y a la seguridad), 8 (derecho al respeto de la vida privada y familiar) y artículos 1 (protección de la propiedad) y 2 (derecho a la educación) del Protocolo Nº 1 y el artículo 2 del Protocolo No. 4 (libertad de circulación) del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

En 2008, las fuerzas armadas rusas invadieron Abjasia y Osetia del Sur, dos regiones georgianas, estableciendo bases militares y posicionando soldados en la zona. En este contexto, Rusia, junto con las autoridades de facto en estas regiones, ha implementado un proceso llamado «fronterización», que incluye la construcción de barreras físicas y medidas de seguridad en la línea fronteriza  con Georgia.

A pesar de la condena de este país y  de la comunidad internacional, Rusia y las autoridades de facto han considerado estas líneas como fronteras internacionales debido al reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur como estados independientes. Por ello, Georgia demandó a Rusia ante el TEDH.

Adujo que las personas de etnia georgiana que intentaban cruzar o vivían junto a las líneas fronterizas administrativas que ahora separan el territorio controlado por Georgia de Abjasia y Osetia del Sur eran sistemáticamente acosadas, arrestadas y detenidas ilegalmente, agredidas, torturadas e incluso asesinadas por las autoridades rusas. También alegó restricciones al acceso a viviendas, tierras y educación para esta población; y que Rusia no había llevado a cabo una investigación eficaz para atribuir responsabilidades.

En su análisis de fondo, el Tribunal observa que “(…) los incidentes no fueron aislados y fueron suficientemente numerosos e interconectados como para constituir un patrón o sistema (“práctica administrativa”). Además, teniendo en cuenta la aparente falta de una investigación efectiva de los incidentes y de la aplicación general de las medidas a todas las personas afectadas,  el elemento de “tolerancia oficial” también se había establecido más allá de toda duda razonable”.

Agrega que “(…) el Gobierno ruso –que no había presentado observaciones escritas en el caso– no argumentó, y mucho menos fundamentó, que los incidentes que implicaron asesinatos, malos tratos, arrestos y detenciones a gran escala no habían tenido lugar. Tampoco cuestionaron las acusaciones relativas a las restricciones a la libertad de circulación, que daban lugar a la falta de acceso a viviendas, tierras y cementerios y a la educación en georgiano”.

Señala que “(…) se debe incluir la muerte de siete residentes de Abjasia de etnia georgiana mientras intentaban cruzar la línea fronteriza administrativa por rutas alternativas para cobrar su pensión o sus medicamentos en el territorio controlado por Georgia. En informes del Consejo de Europa y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también se confirmaron casos de uso de fuerza letal, pérdidas incidentales de vidas, malos tratos y condiciones de detención inhumanas y degradantes.

El Tribunal concluye que, “(…) hubo casos de niños que cruzaron por puntos fronterizos no controlados para asistir a la escuela en territorio controlado por Georgia, lo que dio lugar a que los guardias fronterizos rusos los retuvieran o detuvieran periódicamente. Los viajes eran a veces largos y peligrosos. Tales restricciones al acceso a la educación en georgiano, el idioma oficial de Georgia, no tenían ningún objetivo legítimo y restringían el derecho a la educación”.

En mérito de lo expuesto, el Tribunal dictaminó la responsabilidad de Rusia, aunque estimó que la justa satisfacción a cumplir aún no había sido determinada. Así, las medidas de reparación a dictarse estarán sujetas a nuevas actuaciones.

Vea sentencia Tribunal Europeo de Derechos Humanos 39611/18.

Te recomendamos leer:

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *