Uber pierde la batalla legal en Reino Unido: sus conductores serán trabajadores y no autónomos.
El fallo da derecho a los conductores de Uber a recibir beneficios como vacaciones pagadas y el salario mínimo, lo que amenaza el modelo de negocio de Uber, pero además tiene implicaciones para la llamada economía de los trabajos precarios, en auge en los últimos años en sectores como el de los repartidores.