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Prohibición de tratos inhumanos y degradantes.

Moldavia debe indemnizar a un joven con discapacidad intelectual que sufrió abusos en un hospital psiquiátrico, resuelve el TEDH.

El marco legal moldavo existente no cumple con el deber del Estado (“obligación positiva”) de establecer y aplicar efectivamente un sistema que brinde protección a las personas con discapacidad intelectual en general, y a los niños privados del cuidado de sus padres en particular, contra graves violaciones de su integridad, en contravención del artículo 3 del Convenio.

29 de marzo de 2024

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acogió una demanda deducida contra Moldavia por el trato vejatorio dispensado a un menor de edad con discapacidad intelectual que fue internado en un hospital psiquiátrico contra su voluntad. Constató una vulneración de los artículos 3 (prohibición de tratos inhumanos y degradantes), 14 (prohibición de discriminación) y 13 (derecho a un recurso efectivo) del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Según se narra en los hechos, el menor quedó bajo la tutela del alcalde de su ciudad tras perder a su familia. Durante este período fue hospitalizado en un centro psiquiátrico sin mediar un consentimiento informado, y sometido a varios tratamientos médicos para tratar su discapacidad.

En este contexto, se inició una investigación penal a raíz de las denuncias del menor, que alegó estar contra su voluntad en el centro y que sufría maltrato por parte del personal médico y otros pacientes, por lo cual habría desarrollado el síndrome neuroléptico maligno a causa de una errónea ingesta de fármacos. Por ello el alcalde fue acusado de negligencia, aunque fue absuelto de todos los cargos por la Corte Suprema del país

Paralelamente, se llevó a cabo una investigación sobre las acusaciones de maltrato y administración indebida de medicamentos en el hospital, pero no resultó en un juicio. Ante esta falta de atribución de responsabilidades demandó al Estado ante el TEDH, alegando que las investigaciones habían sido ineficaces debido al estigma social y la discriminación contra las personas con discapacidad psicosocial.

En su análisis de fondo, el Tribunal observa que, “(…) las autoridades no habían investigado las circunstancias en las que se llevó a cabo el internamiento del joven en el hospital psiquiátrico y, especialmente, si se habían respetado las salvaguardias legales relacionadas con el internamiento involuntario y el tratamiento psiquiátrico, y si había siquiera alguna necesidad de tratamiento hospitalario en primer lugar, o si otras formas de tratamiento habrían sido más apropiadas”.

Agrega que “(…) no se intentó aclarar el impacto del tratamiento en él, ni si estaba justificado desde un punto de vista médico. Además, la investigación carecía de objetividad ya que había sido realizada por médicos afiliados al hospital donde se había realizado el tratamiento. Además, las denuncias del menor de violencia y abuso sexual a manos de otros pacientes durante su estancia en la sección de adultos no se habían investigado en absoluto”.

Comprueba que “(…) las autoridades no habían llevado a cabo una investigación efectiva sobre las alegaciones de malos tratos del demandante a pesar de los numerosos elementos que tenían ante sí. Además, la investigación no tuvo en cuenta la vulnerabilidad del demandante, su edad o los aspectos de discapacidad de sus denuncias”.

El Tribunal concluye que, “(…) el marco legal moldavo existente no cumple con el deber del Estado (“obligación positiva”) de establecer y aplicar efectivamente un sistema que brinde protección a las personas con discapacidad intelectual en general, y a los niños privados del cuidado de sus padres en particular, contra graves violaciones de su integridad, en contravención del artículo 3 del Convenio”.

Al tenor de lo expuesto, el Tribunal condenó a Moldavia a pagar 25.000 euros por concepto de daño moral y 7.420 euros por costas y gastos.

Vea sentencia Tribunal Europeo de Derechos Humanos 38963/18.

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  1. la perdida casi total del sentido de humanidad ha llevado al hombre a todo estado de maldad. ese mundo que conocimos se fue y ha sido reemplazado por poderes económicos enormes que preparan un mundo feliz con el sometimiento y degradación humano. me duele el alma como el dinero, poder y maldad pura, pasa pisando , aplastando con gusto triunfal, todo lo hecho por Dios. Ese pobre niño sometido a todo tipo de ultraje , dolor en un lugar que debería apoyarlo, darle algo de amor compasión es solo una muestra. estamos en manos d e l demonio. Que Dios nos libre.