Estado brasileño debe suministrar el medicamento “más caro del mundo” a lactante que sufre una enfermedad degenerativa.
El caso se refiere a derechos fundamentales de la mayor magnitud, los derechos a la vida y a la salud de una niña, a los que la Constitución federal atribuye prioridad absoluta. En casos relacionados con el mismo fármaco este Tribunal ha admitido excepcionalmente el uso de reclamaciones como forma de control de las decisiones judiciales.