Gobierno español aprueba normativa que regula la actividad de influencers y vloggers en medios digitales.
La regulación establece criterios para la identificación de «usuarios de especial relevancia», definiéndolos como aquellos individuos cuyos ingresos anuales superan los 300.000 euros derivados de su actividad audiovisual y que cuentan con un millón de seguidores en una única plataforma de intercambio de vídeos, o dos millones de seguidores en el conjunto de su actividad.