El máximo Tribunal declaró inadmisble el recurso ya que consideró que no existen sentencias de contraste con la situación planteada.
La resolución agrega que por otra parte, la misma testigo (doctora con la que trabajaba el demandante) declaró que existía una tolerancia de 15 minutos en el horario de ingreso –en la mañana sobre todo– respecto de los trabajadores.
El Tribunal condenó a la empresa Centro de Estética Fabiola Lay EIRL a pagar las remuneraciones, cotizaciones y prestaciones adeudadas a la trabajadora.
El máximo Tribunal rechazó el arbitrio debido a que la sentencia impugnada carece de un pronunciamiento relativo al fondo del asunto.
El Tribunal estableció que la demandada no rindió prueba alguna para acreditar la causal de despido invocada para desvincular a la trabajadora.
El Tribunal estableció que la demandada no justificó la desvinculación de la trabajadora por supuestas conductas imprudentes en el cumplimiento de sus funciones.
El Tribunal de alzada rechazó en todas sus partes la demanda, al considerar que se encuentra plenamente justificado el despido del trabajador por no respetar las medidas de higiene en el proceso de envasado de pan.
El Tribunal estableció la improcedencia del despido y ordenó a la empresa pagar a la demandante la suma de $2.202.467, por concepto de recargo legal.
El máximo Tribunal descartó infracción en la sentencia atacada, dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, que rechazó los recursos de nulidad de las partes.
El Tribunal de alzada descartó infracción a las reglas de la sana crítica en la resolución impugnada, dictada por del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
