Soberanía, Poder Constituyente y nueva Constitución. Cuarta parte y final: generación de una Constitución Democrática.
Todas las reformas constitucionales votadas sin la participación del pueblo –único depositario auténtico del poder constituyente– adolecen de idéntica ilegitimidad. Somos ciudadanos de un pueblo castrado del primer atributo de la soberanía: el de decidir nosotros mismos lo que queremos ser.