Sistema Internacional desafiado.
Los déspotas comienzan peligrosamente a proliferar. Los tenemos en todas las regiones del mundo, y ciertamente, entre dos de las más grandes potencias, y eso sí que resulta preocupante, al unirse propósitos gubernamentales con aquellos personalizados. Deciden todo, y muy en particular, las acciones de fuerza, encadenando su destino con ellas, y sin posibilidad de que cambie, al menos por ahora. Todo intento de solución, pasa por ellos mismos, y los esfuerzos pueden encausarse sólo si están de acuerdo en ello, si es definitivo, o forman parte de una estrategia para ganar tiempo y mejor posición. Cualquier atisbo de paz duradera, resulta extremadamente frágil en estas condiciones.