Tratándose de productos farmacéuticos una vez establecida su naturaleza es inconducente analizarla, como también el grado de pureza. Esto último se justifica en aquellos estupefacientes elaborados en forma ilegal.
Basta en el caso de fármacos con establecer su naturaleza y la relación de los efectos que producen y la peligrosidad que revisten para la salud pública y verificar que están prohibidos por la Ley N°20.000.